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Eran las nueve de la mañana, dentro del gran salón de clases se encontraban varios niños, cada uno hablando o viviendo en su propio mundo.
Por un lado estaba Dong, quien no le prestaba atención a lo que la maestra decía, ya que no era algo complejo o interesante, sólo estaba contando la historia de caperucita roja, cuento que ya se sabía de memoria, al derecho y al revés.
"La niña que se adentra al bosque para llevarle alimentos a su abuelita, acaba topándose con un lobo que la engaña para que vaya a otro sendero y le diga donde vive su abuelita para comérselo. La niña llega y resulta que el lobo se viste de la abuela para otra vez engañarlo y comérsela. Al final, un cazador de la zona las salvas y viven felices por siempre, dejando el gran mensaje de no confiar en extraños"... A Dong no le gustaba mucho el cuento, le parecía que caperucita roja era muy tonta, por eso no le gustaba; es decir, ¿quién le daba información personal a un lobo parlante?
De pronto dejó sus pensamientos de lado al oír a la maestra aplaudir, en señal de que los niños fueran a sus lugares y guardarán silencio.
━Bien niños, el día de hoy les tengo una noticia, nuestro grupo, ¡hará una obra de teatro! Es decir, ¡que nosotros interpretaremos un cuento! ━decía la maestra sonriente, y los otros niños parecían emocionarse━ En este recipiente tengo papelitos de los personajes que interpretarán, cabe decir que la escuela es quien pondrá los trajes, aunque de igual modo más tarde veremos que pueden atribuir desde sus casas. Bien, empecemos desde esta hilera.
Antes de que la maestra pusiera el pequeño bote en forma de pecera para que todos tomarán un papelito, otra niña levantó la mano, para que le cedieran la palabra━ Disculpe maestra, ¿de qué será la obra?
━Oh, cierto, el cuento que interpretaremos será el de la princesa y el sapo ━dijo la maestra y todos los niños se emocionaron, sobre todo las niñas, quienes anhelaban ser la princesa mientras que Dong bueno, con que no le tocará ser un sapo estaba bien.
Entonces por fin la maestra empezó a dar los papelitos, y conforme los daban y los niños lo abrían, muecas de alegría y decepción se iban formando; por un lado, la niña que había hecho la pregunta se le formó una sonrisa enorme al ver el papel que le había tocado.
━¡Me tocó ser la princesa! No lo puedo creer ━decía ella con alegría mientras que otros niños se quejaban.
━A mí me toco ser una roca ━dijo otra compañerita, algo triste por lo que le había tocado.
━Tranquila YeJi, ser una roca no es tan malo.
━Claro como al menos tu podrás moverte ━le dijo la llamada YeJi a la niña conejo, quien se alzó de hombros ante esa respuesta.
Dong tomó un papelito de aquel bote, y al abrirlo, su boca lo hizo de igual forma, debe ser una broma.
━¿¡Un sapo!? ¿¡Me toco ser el tonto príncipe sapo!? ━exclamó Dong, al tiempo que sus compañeros de clase reían de ella.
La que en un inicio se sentía feliz de ser la princesa, ahora miraba con un rostro seria hacia la que había exclamado ser el príncipe sapo, y sin darse cuenta el rostro se le puso rojo de vergüenza.
