¡Linda esto es Raven!

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UNO

°°°

—Papá, ya te dije que estaré bien sin ningún guardia custodiandome—

—¿Estas segura?, esos jóvenes de ahora son unos salvajes y las muchachas están muy locas a día de hoy. Seguro y te molestaran por ser más linda que todas ellas—

—Charlls...sabes bien que Vale es completamente capaz de defenderse sola—

—Hmmm, lo pensaré, pero de algo estoy seguro, no permitiré y no permitas que ningún muchacho se te acerqué, ¿queda claro?—la miró advirtiéndole.

—Bien bien—Valentine asintió rendida de quien sabe que pues de cualquier forma no le interesa mucho los chicos, esos gorilas sudorosos, irrespetuosos, infantiles, bobos y pervertidos no son lo que ella llamaría alguien digno se una relación, cualquier chica que se respete lo pensaría por lo menos dos veces antes de tener un noviazgo con alguno de esa categoría.

Claro existían los verdaderos hombres caballerosos, respetuosos, limpios, amables y dignos de respeto pero esos se conseguían en un mejor lugar que un pueblo de mala muerte en Orlando como el que era Raven.

Al llegar al pueblo un letrero desgastado que decía «Bienvenidos a Raven» se presentó frente a los ojos de la familia Baxtter y el chofer de estos.

La casa que habían comprado con anticipación era completamente idéntica a todas las demás a escepción de una que justo eran sus vecinos, pero no más, pues antes de mudarse, específicamente dos años antes de mudarse mandaron a remodelar la casa que ahora era una súper mansión moderna, casualmente sus vecinos también padecían estas particulares características.

—Ah...—Valentine dejó escapar un suspiró pesado de agotamiento luego de tirarse a lo que sería su nueva cama.

—Hey, Vale. Dice Cam que bajes a cenar—Audrey entro sin previo aviso a la habitación, la chica hizó un ademán para mirarla  con cansancio.

—Bueno...si no tienes hambre no bajes yo solo digo...—se encogió de hombros y se fue cerrando la puerta.

Está era una de esas decisiones difíciles, morirse de hambre y aguantar asta el medio día de mañana para comer algo o a cambio, tener que lidiar una hora de cena a su padre y sus delirios paternales, a su tía Cam hablado de lo feliz que es soltera y sin hijos y a su hermana Audrey quejándose de lo duró que es levantarse a altas horas de la madrugada para conducir una hora y media y ser ls mano derecha de un diseñador con aires de grandeza pero de buen corazón y un gran amigo sin dudas...¿qué decidirá?.

Es decir, eran la mejor familia que pudo tener pero su cabeza estaba a explotar y no quería tener uno de sus episodios de vómito verbal y emocional en frente de su adoradisima familia.

Bien, moriría de hambre y antes de su primer día de instituto compraría algo para desayudar.

Eran las seis y media de la mañana y Beverly se levantó, no usa despertador ni alarmas pues gracias a su rutina diaria su reloj mental es más eficaz de lo que muchos piensan.
Lo primero que hizo fue revisar sus redes sociales, se paró de la cama y se dirigió al baño, una vez ahí se dio una corta ducha, saliendo se puso una falda acampanada básica negra la cual le llegaba asta la mitad de los muslos, una suéter crema con franjas negras manga larga fajada bajo la falda y sus botines converse negros.

Su cabello es corto para hacerse un peinado, por lo que lo dejó suelto, por último se puso perfume, tendió su cama y agarró su mochila y salió de su habitación en rumbo a el living.

—Buenos días familia—anuncio mientras bajaba los últimos tres escalones.

—Buenos días, Vale—sonrió su tía Cam.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2021 ⏰

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