Prometida (jujutsu kaisen x oc)

Satoru

Decir que estaba enojada era poco, estaba hirviendo en rabia dando vueltas por la escuela buscando al maldito imbécil al que tengo que golpear.

Hay muchas cosas que me hacen enojar, el calor, los insectos, las lolitas, Nahoya, la ensalada de alga wakame, pero definitivamente lo que más odio es que Nahoya se burle de las veces que Satoru me pone el cuerno.

Con toda mi ira contenida abrí la puerta corrediza que se rompió de la fuerza y miré la clase, Megumi estaba como todo buen niño prestando atención a la pizarra, Yuji me miraba con terror detrás de la chica Nobara que tenía su martillo en la mano.

-- Yuu querida con esa ya van 8 puertas en el mes --y allí estaba el maldito, Gojo Satoru sonreía como siempre y maldije a Kami por hacerlo tan malditamente atractivo.

-- Pequeño imbécil ¡si me vas a poner el cuerno mínimo procura que Nahoya no se entere! --le solté una cachetada que lo tiró al suelo y rápidamente me senté en su estómago.

-- No se de qué está ...--no lo dejé terminar porque le solté otra cachetada.

-- ¡CLARO QUE SABES DE QUE HABLO! --le solté otra cachetada y al levantarme le dí una patada.

-- Bueno, talvez si me fui con una chica a Shinjuku pero ...

-- ¡PERO NADA!, ¿¡TIENES UNA IDEA DE LO PESADO QUE SE PUSO NAHOYA!? --a este punto ya estaba tan enojada que comenzaba a absorber la energía maldita de mi alrededor-- ¡TIENES LOS SEIS OJOS, ÚSALOS PARA ALGO ÚTIL! --con una última patada me fui de ahí directo a entrenar como desquiciada.

Esa mañana Nahoya me despertó con un vídeo de Gojo acostándose con una tipa muy guapa en un hotel de Shinjuku, después de estar al tanto de lo imbécil que es Satoru desde pequeña esas cosas ya no duelen tanto, pero maldición, me hace sentir tan insignificante, y eso más las burlas de Nahoya me hacen explotar.

-- Ya es la octava vez en el mes --Shoko había salido de la enfermería y me veía entrenar desde las gradas.

-- Estoy tan harta, solo quiero volver a tener 13 y vivir con Toji estafando gente --bajé mi naginata y miré a Shoko.

-- Yo también estaría harta si estuviera comprometida con Gojo --bajo todas las gradas y se paró a mi lado.

-- ¿Bromeas? ¡Merezco un premio por aguantar tantos años a Satoru! --alzé las manos al cielo en petición a los Kami, aunque realmente esos tipos me odian.

-- hm, bueno aún te deja golpearlo para que te calmes cuando te enojas --es verdad, siempre que estoy enojada Satoru quita su infinito para que pueda golpearlo, antes Shoko era la que lo curaba mientras yo me disculpaba, ahora él puede curarse solo.

-- Bien, no es del todo un idiota --bajé la mirada avergonzada, una de las cosas que me heredó Toji era ser impulsiva, no pienso del todo las consecuencias de las estupideces que hago o digo.

-- Ambos están muy concientes de que no se casan por amor, tú te casas con Gojo porque no tienes otra opción, y Gojo se casa contigo porque esa fue la última voluntad de Toji, talvez deberían llegar a un acuerdo, ya sabes, te puedes meter con otras chicas pero solo en este hotel y estos días para que nadie se entere --la verdad lo que decía Shoko tenía sentido, pero en el fondo sé que aún así me lastima su infidelidad, cuando era pequeña hasta lo llegué a amar, lo idealizé tanto que cuando ví la realidad fue un golpe bajo.

-- Supongo que tienes razón, debería de hablar de eso con Satoru, pero mierda, se siente horrible que solo te vean como una obligación --solté un último golpe al maniquí que estaba frente a mí para irme a sentar a las gradas con Shoko siguiéndome.

-- Bueno, imagina lo que se debe sentir que te vean como un boleto de tren que te va sacar de tu clan infernal --Shoko se sentó a mi lado sacando una caja de cigarrillos ofreciéndole uno.