Daddy y yo tenemos una cena juntos hoy, me prometió llegar a casa más temprano que su horario habitual así que me aseguraría de hornear un pastel de chocolate, su favorito.
Aunque no se me daban los pasteles este parecía tan rico y moría por probarlo, solo un pedacito, a daddy no le molestaría que coma un trozo de su pastel así que lo hice y definitivamente si sabía como lucía. Una delicia.
Cuando preparé la mesa me senté a esperarlo, el traería la cena pero no llegaba, paso una hora, ni un mensaje ni una llamada, dos horas, tres horas, hasta que finalmente caí rendida sobre la mesa
—Pastelito— siento como me mueven continuas veces y me quejo —despierta bebé— cuando lo vi frente a mi olvidé el sueño, la tristeza y el enojo se apoderaron de mi inmediatamente
—Me dijiste que llegabas temprano— exprese cabizbaja tras un suspiro
—Lo sé bebé, me he tenido que quedar hasta muy tarde pero ya estoy aquí, ¿Aún quieres cenar?— preguntó
Negué repetidas veces
—Daddy hasta te horneé tu pastel favorito, de seguro se ha puesto con mal sabor— dije aún más triste
Él vio el pastel en la mesa y tomó de este, no sé si solo buscaba contentarme o realmente sabía así de rico
—Es el mejor pastel que he probado. Gracias amor— besó mis labios y solté una risita alegre