Siete

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Era el día de la graduación de Soobin. Al final si había comprado un traje negro, corbata del mismo color y una camisa negra. Lo de vestir formal no era lo suyo, sentía que no encajaba en ese traje elegante, pero Beomgyu había insistido tanto porque llegará bien a la ceremonia que al final terminó cediendo.

Era un día especial o eso decían todos sus compañeros de generación. Extrañamente, él no se sentía así, sentía que algo le faltaba. Todos sus compañeros estaban con sus familias, sus padres orgullosos o sus novias y novios. Él no tenía a nadie más que sus dos amigos, aunque la familia de estos lo quisieran como si fuera parte, aun así, se sentía vacío.

No había invitado a su mamá, la idea había cruzado por su mente, pero nunca llegó a hacerlo, en cambio sólo dejó las invitaciones sobre un mueble en el departamento con la ilusión de que Hueningkai o alguno de los niños la encontrará. No había sido una invitación directa, esperaba que lo tomarán como una invitación, pero ni siquiera sabía si ellos las habían encontrado.

La ceremonia había comenzado, estaba nervioso, necesitaba algún tipo de apoyo. Se giró y miró a sus dos amigos mirarse con amor. ¿Él algún día encontraría alguien que lo mirara así? ¿Alguien con quien compartir toda su vida? ¿Alguien que le quisiera y soportará? Su mente solo tenía una persona rondando y él no quería asimilar la situación.

Cuando la ceremonia de entrega del título comenzó sintió algo darle vuelta el estómago mientras aplaudía a cada uno de sus compañeros. Cuando llegó el turno de Beomgyu ambos se pararon de sus asientos para gritar y aplaudir con todas sus fuerzas. Había conocido a sus amigos desde que comenzó la carrera, fueron los primeros en hablarles y sentir una confianza loca, los dos habían estado para él los últimos años cuando no tenía a nadie, sin duda eran los mejores amigos que podía pedir. Luego llegó el turno de Hyunjin al igual que al anterior, lo aplaudieron con entusiasmo, se sentía bien terminar tan importante etapa de sus vidas junto a los amigos que quería conversar para todo lo que resta de la vida.

Se sintió un poco aturdido cuando
llamaron su nombre, se paró de su
asiento sintiendo los gritos de sus
amigos, sonrió nervioso. Se subió al
escenario para recibir su título de
manos de un profesor, este lo abrazo.

Excelente estudiando y sé que serás
un excelente profesional, felicidades
Soobin- susurro este a su oído.

Sonrió agradecido, estaba cumpliendo
su sueño. Por fin podía restregarle
en la cara a su mamá el título de la
carrera que ella tanto detesto, lo había logrado, y lo había logrado sin su ayuda. Se giró para mirar a la multitud para una foto que era obligación tomar. Fue ahí cuando los vio, al final de todas las personas estaban, pero él podría reconocer sus caras entre miles y miles de personas.

Hueningkai, Sunghoon, Yeonjun y Jungwon. Algo en su interior comenzó a revolotear, de nuevo las malditas abejas. Ellos le sonreían y aplaudían, Yeonjun lo saludo a lo lejos sonriendo demasiado feliz, le devolvió el saludo sonriendo de igual manera. Estaban ahí, estaban ahí para apoyarlo, estaban ahí y sonreían orgullosos mientras aplaudían.

Incluso Hueningkai lo miraba así, sus ojos brillaban al verlo.

Parecía que sus ojos se hubieran robado todas las estrellas del cielo, si, todas las estrellas del cielo estaban en los ojos de Hueningkai esa noche.

Se quedaron mirando unos segundoos
en donde Hueningkai le sonrió, segundos en los que las abejas en el estómago de Soobin se multiplicaron y comenzaron a bailar break dance.
¿Así se sentía? ¿Así era realmente esa
cosa loca que aún no quería nombrar? Porque si se sentía así él estaba dispuesto a sentirse de esa manera por el resto de su vida, solo para que Kamal le mirara así. Que cosa más loca lo que  sentia en ese momento.

Padres 𖦹Sookai𖦹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora