PRÓLOGO

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Me llamo Anarquía, y soy lo contrario a lo que significa mi nombre. Si las cosas están escritas de una forma, ¿por qué deberían ser cambiadas? Hay mucha gente que piensan que mi razonamiento está mal, y hay otras que dicen que está bien. Realmente ya no sé qué pensar. Creo que no debería seguir pensando en eso, dejarlo correr y tener mi opinión a la larga. 

Una vez, cuando era pequeña mis padres me dijeron que me habían puesto ese nombre porque era lo que esperaban de mi, cambiar el mundo. Pero yo solo soy una adolecente, acabo de cumplir quince años y no creo que sea momento de preocuparme de eso, aún es pronto, hay mucha vida por delante, ¿no?

La verdad, no soy una chica muy popular, pero tampoco soy antisocial, simplemente caigo bien, soy una chica estándar. No destaco por nada especial, me gusta escribir, pero no creo que se me dé bien. No hay nadie que me interese en especial, todos me parecen muy poco atractivos. Quizá si fuera como ciertas chicas, quizá gustaría más, soy pálida y demasiado delgada.

Mis días son todos bastante normales, podría hasta decirse aburridos, monótonos. Pero tampoco me molesta, estoy bien así.  Me acuerdo de una vez, que se montó una fiesta, y no era ningún cumpleaños ni nada. Empezó a entrar gente de otro instituto al nuestro, yo me asusté. No celebraban nada especial, simplemente eran felices. Me acuerdo también, que ni siquiera tenían una coreografía ni nada por estilo, nada de coordinación. En un momento intentaron seguirse los unos otros, lo consiguieron y se cansaron. Se cansaron de hacerlo bien, qué gente más rara. 

AnarquíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora