Tras las puertas

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- Vamos, casi es la hora de reinar en nuestro imperio, llegó la hora de reestablecer todo el mal causado por nuestros antecesores -dijo Helein, colocando su mano sobre mi hombro mientras me observaba, parecía esperar una respuesta a su favor-

- Oh... con que... ¿vamos? Pareces no saber que nuestra futura líder va a la cabeza y tu a sus espaldas. - señalo Zahian despectivamente- ¿Podrías parar de tomarte la libertad de hablar en plural e incluir a cualquiera en tus planes? 

- ¿Desde cuando es "nuestro imperio"? - preguntó Ramber- Vamos, responde Helein, mejor no lo hagas no quiero escucharte decir una palabra más, conoce tu lugar y pide perdón a la hermosa Dayan y arrodíllate ante ella. -tomó mi mano izquierda sutilmente y la besó- Permítame corregir las palabras de Helein mi señora...

- ¿Acaso di autorización para que pudieran discutir delante de mi? - Interrumpí a Ramber y arqueé una ceja y miré a los ojos a los tres condescendientemente cruzada de brazos, nadie respondió - Exacto, no recuerdo haberla dado. 

Me dirigí al pequeño escalón que había en la sala deshaciéndome de la mano de Helein aún posada en mi hombro y de la mano de Ramber que sostenía mi mano izquierda. Zahian se encontraba al lado del escalón al cual pretendía subir, cuando estaba por llegar me ofreció su mano mientras se inclinaba sutilmente. Me limité a tomar su mano y subir el escalón, seguidamente asentí con la cabeza disimuladamente como muestra de agradecimiento, a pesar de que no necesitaba de su ayuda. Estiré un poco mi chaqueta blanca hacia abajo ajustándola y aclaré mi voz. 

- ¿Terminaron de ladrar? -declaré e hice un barrido rápido con los ojos- Bien, Octavio retírate y déjanos a solas he de hablar con los líderes en privado, quédate en la puerta, ciérrala  y procura que no entre nadie sin mi permiso.

- Sus ordenes son mis deseos mi Lady Dayan - Hizo una reverencia y se retiró-

- Bien, en primer lugar, Helein, sabes perfectamente que es mí imperio, y que yo seré la gran Reliquia Arcana, no hables en plural, vosotros sois mis sublíderes, empezando por ti Zahian, líder de la familia Zafiro - me acerqué a él posando mis manos en sus hombros mientras iba bajando hasta sus pectorales lo miré maliciosamente y sonreí- espero mucho de ti. 

- Me alaga mi señora - respondió con una pequeña sonrisa- Espero estar a sus expectativas.

- Prosigo, la siguiente eres tú Helein, futura líder de la familia Esmeralda - me acerqué a ella y le susurré al oído- no olvides que tu vida me pertenece, mi querida Helein - me alejé lentamente de su oreja y le sonreí-

- P-Por supuesto que n-no mi hermosa señora - tartamudeó Helein mientras tomaba mi mano entusiasmada y sonrojada, al ver mi mirada de "suéltame" retiró sus manos rápidamente-

- Y por último, pero no por ello menos importante, mi querido Ramber, el gran líder de la familia Rubí -inesperadamente se arrodilló sin tomar mi mano como siempre hacía-

- Es todo un honor servirle, mi señora -afirmó Ramber- Por favor, utilíceme cuando y como desee, seré su perro más fiel. -le sonreí condescendiente y eso hizo que Ramber se estremeciera y sus orejas se tornaran de rojo-

- De acuerdo, espero no hayáis olvidado todo lo que hicimos, ya sabéis, sin arrepentimientos, sin remordimientos, sin piedad a aquellos que estorban. Llevaremos esta asquerosa familia a su apogeo a como de lugar. Nada ni nadie nos detendrá. -me dirigí hacia la puerta y llamé a que pasara Octavio-

- ¿Si? Mi Lady Dayan, ¿desea algo? - hizo una reverencia-

- Los preparativos de los que te hablé están listos ¿cierto? 

- Tal y como me lo ordeno mi Lady -me abre la puerta para que pase- solo queda dar el cañonazo. -sonreí al comentario absurdo de Octavio-

- Queridos líderes Arcanos y futura líder Arcana, les invito a pasar al salón ceremonial y estar con sus familias hasta la coronación, Óscar los llevará, esperen a ser llamados por mí al escenario, entonces, allí nos reuniremos una vez más. -me giré y me fui seguida de Octavio-

En breves momentos finalizaré el plan que tramé hace 2 años, solo he de esperar a media noche. ¿Ves madre? No soy ni seré ganado, yo soy la pastora de este apestoso rebaño. 

- Mi Lady -Octavio se inclinó y alzó sus manos con el revolver de oro con diamantes incrustados- Mi Lady aquí tiene lo que me pidió, y todos están en posición, solo debe decir las palabras acordadas y ellos estarán preparados para atacar.

-Perfecto Octavio...-tome el arma y la cargué con tres balas y la coloqué en la parte trasera de mi pantalón blanco, a la altura de la cintura - siempre haces el trabajo impecable, he de agradecerte Octavio.

- No soy digno de sus hermosas palabras mi Lady, sus ordenes son mis deseos. 

Después de decir aquello Octavio se arrodilló ante mi, y en recompensa por todos sus años de fidelidad, le cedí mi mano, que él sorprendido y feliz besó sutilmente, acto seguido me colocó mis guantes de terciopelo suavemente y se levantó.

- Mi Lady... es la hora -sonrió y sonaron las campanas anunciando no solo que era media noche sino también mis dieciocho años y con ello la marcha fúnebre del Sr. Diamante, desgraciadamente mi tan odiado padre y pronto un cadáver -

 Seguidamente dos guardias me abrieron las altas y pesadas puertas que estaban ante mi dejándome ver reunida a toda la Gran Familia Arcana, las personas hablando con los de su estatus, comercializando mientras bebían champán y vino.

Este es el escenario que siempre esperé, personas ignorantes a los hechos que estaban apunto de suceder... A mi repugnante padre recibiéndome en el escenario, ignorante a que ese sería su lecho de muerte, mirándome sonrientemente sin saber absolutamente nada, teniendo a los líderes de mi lado para dar el gran espectáculo. Todo iba según lo planeado...incluso mejor...


Reliquias ArcanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora