Cuando el bandido más buscado y encandor, Trafalgar Law se esconde en una torre y es tomado como rehén por Luffy, un adolescente que vive en esta y cuenta con 20 metros de cabello magico azabache. Hacen un trato y se embarcan en una aventura con un...
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──Oh luffy..
La pelinegra soltó a el joven e empezó a caminar por las escaleras de madera. Lenta y algo sensual al subirlas, bajó la palanca de la escotilla cosas que hizo que todo quedará oscuro. Velas encendiéndose de la nada al igual que unas que otras lámparas de dónde venía Hancock comentaban a brillar.
Moviéndose de aquí a allá, cabe recalcar que la "jóven" no era alguien que expresará sus sentimientos pero a cualquier cosa que luffy hiciera mal todo iba contra a el. No importa que esté no allá hecho algo o si pudiera algo, no todo esto se iría a la culpa de luffy. Bueno en este contexto la causa del regaño sería que "quería salir" en fin sigamos.
──Ya esperaba esté día...
La ironía en su voz era mucha pero para personas como zoro y luffy esta era nula, un día triste dónde el pequeño polluelo dejará el nido pero como se ha mencionado antes Boa no lo dejaría ir tan fácil.
──Pero..
──Shh
──Encerio es qué..
──Creeme luffy
Boa era sabía en muchos sentidos. Llamó al joven por su nombre al igual que también le decía que la escuchará atenta pues no lo repetiría.
De alguna manera algo le saldría mal al joven si ponía siquiera un pie fuera, darle a entender que el mundo exterior era cruel pero al parecer esto aumentaba la curiosidad del pelinegro junto con el camaleón pues estaban literalmente soltando brillitos por las cosas que decía está, el querer saber que lo hacía tan malo aumentaba dezcumunalmente su sentido de aventura.
──Sucios rufianes, hiedra venenosa.
──Increíble.
Encerio, ni el mal en persona hacía temblar de miedo al jovencito, bueno al parecer esto tardaría más de lo esperado.
──¡Hombres también de largos colmillos!
── ¡¿Encerio?! ¡¿Crees que quieran ser mis amigos?!
Por qué no parecía atormentado por lo antes dicho, por qué no le estaba pidiendo que lo protegiera de aquello eran unas de las dudas que estaban atormentado más a la chica. Por qué no estaba escuchando su sabio consejo, por qué no estaba asiendo drama bueno por qué no los dos no estaban asiendo drama o algo parecido.
──Soy tu soporté querido, ustedes dos no subsistiran.
──Pues nos puedes visitar o podemos vivir en otro lugar los tres. ──Exclamó este con una sonrisa, era simple en su punto de vista.
En un parpadeó desapareció de las escaleras, dando un pequeño momento de confusión al de la yutaka roja. Está luego aprecio detrás de el para taparle inmediatamente los ojos y patear al camaleón por algún lugar de la habitación.