Otoño.

109 5 0
                                    

Eras como el otoño.
Efímero, placentero.
Solo podía contemplarte,
sentirte,
disfrutarte por un instante.
El mismo tiempo
que tardabas en arrancar
hasta la última hoja
de aquellos cerezos.
Y, maldita sea,
yo era como la primavera.

Querida LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora