Jimin era el hijo mayor, había decidido estudiar gastronomía en contra de la voluntad de sus padres, se había graduado de un colegio privado con un excelente promedio de notas, tenía un novio que nadie aceptaba, pero él adoraba, Yoongi Hyung. Sus cabellos negros azabaches, su vestimenta negra y un millón de aros que adornaban sus orejas, eran símbolo de su esencia, ese olor a chocolate amargo y tierra mojada.
Papá siempre le exigió más que al resto, y mamá no entendía nada sobre su hijo. Jimin se había encargado de la casa a muy temprana edad, el cuidado y protección de su hermano JK eran el único motivo por el cual seguía con vida.
¿con vida te preguntarás? Pues claro, lo único que había arrebatado sus pensamientos de morir, era la imagen de su hermano entrando a la habitación y encontrarlo ahí tendido sin vida. Esa fue la imagen que grabo en su memoria para resistir, persistir y ¿vivir?
Jimin tuvo que mudarse a la gran capital para lograr estudiar, era la condición de papá, acompañado de vivir con la abuela materna y un excelente promedio de notas, casi sobresalientes o debía abandonar su sueño y estudiar algo tradicional en una universidad estatal. Jimin había aceptado, dejando a su novio en su pueblo natal con la promesa de volver cada cierto tiempo, o Yoongi yendo a visitarle.
La llegada a la capital fue extraña, viajaron en el auto familiar con toda su ropa y adornos que había dejado en cajas para hacer propia su nueva habitación. Lo recibieron con una cena, donde estaba la mayoría de sus familiares deseándole un nuevo comienzo en su vida, instando a dejar atrás todo recuerdo de aquel pueblo.
Mientras texteaba con su novio, su hermano JK lo miraba desde una esquina, buscando consuelo en si mismo, no lograba dimensionar la vida en aquella casa tan llena de discusiones y altibajos emocionales sin su Jimin. La depresión aumentaría.
¿Me vas a extrañar? – Jimin
¿yo? Claro que no, de hecho, estaré mejor sin ti en casa y tu risa escandalosa -JK
¿De verdad? Yo pensaba que lo harías, pero te llamaré todos los días y cualquier cosa, CUALQUIER COSA, debes avisarme. -Jimin
Una frase llena de preocupación y culpa, él tenía que irse porque era la ley de vida, pero ¿por qué sentía que todo se derrumbaría? Y fue ahí cuando recordó aquella noche de verano donde la discusión con su padre fue tan grande que arrancó a los brazos de Yoongi Hyung en busca de consuelo y comprensión.
Mi querido Jimin-ssi, nada te pasará a mi lado, dijo su novio, mientras acariciaba sus cabellos.
¿Y si me encuentran? Debería volver...
Sonaba el celular sin parar, mamá se leía en la pantalla.
No quiero contestar... no me siento bien, quiero llorar, un puchero se avecinaba en esos pomposos labios carnosos.
Aló?
Hyung, ¿qué haces? devuélvemelo!
Aló? ¿Estás con Jimin? Pásamelo – Mamá
Sí, está conmigo, no quiere hablar con usted, en realidad, no pienso llevarlo a casa, ustedes lo tratan muy mal, no se lo merecen...
Jimin no lograba escuchar qué decía su madre, pero se imagino los peores escenarios, tan terribles donde terminaba durmiendo en la calle o sus padres no le hablaban más y lo peor, no podría ver más a JK.
La llamada se cortó, Yoongi miro con frustración a Jimin y beso su coronilla.
No te preocupes, tu madre dice que te lleve a casa cuando te sientas mejor, pero debes volver, está preocupada, así que terminemos la partida de pool y vamos.
Esa sonrisa que daba tranquilidad al corazón del azabache, logro cesar sus lágrimas y encontrar solución al grave problema, los malos tratos de su padre.
¿Por qué empezó la discusión está vez? Dijo Yoongi, buscando un ángulo perfecto a su jugada.
Me dijo que era un curagüilla, y eso me lastimó, si sólo supieran porqué lo hago... suspiró Jimin apoyado en el palo de billar.
Le achuntél, ¡vamos por otra!, exclamó el mayor, ¿qué es esa palabra? ¿qué significa? ¿qué eres borracho? Rio bajito
Hyung! ¡No me trates así, sabes que es mi único escape!
Lo sé, lo sé, no debiese decirte esas cosas, pero admite que te pasas a veces, lloras hasta dormirte y sueltas todo lo que sobrio no puedes... aún así, la pasamos bien en las fiestas ¿no? Miro al menor de reojo
¡Claro que sí, la paso bien contigo siempre! – Jimin susurró...
El amor que desprendían Jimin por su novio era inexplicable, nadie podía entender porqué seguían juntos, los 7 años de diferencia y los miles de secretos que ocultaban para estar juntos era inexplicable. Jimin sólo buscaba ser marcado por la persona que amaba, pero éste siempre le decía que debían esperar más, que aún no era el momento.
¿Y cuándo será el momento? Era la pregunta que siempre rondaba la mente del pequeño.
JIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN!!! -Gritó JK, sacando del trance a su hermano.
¿AH? ¿Qué? ¡¡Dime!! – Dijo aturdido el mayor
Nada, sólo te pegaste, de nuevo... en fin, mañana nos iremos, extraño a Tae, así que, busca un buen alfa en esta ciudad, olvida al que tienes... papá dice que...
Fue interrumpido con un golpe en su cabeza, una mirada asesina y un rostro a punto de explotar.
No te metas en mis asuntos, estúpido alfa. Tú no sabes lo que siento, o lo que siente Hyung por mí, ni hables de nuestros padres, yo, ¡¡¡yo!!! – (:..)
Casi se desmaya de la ira, pero Jk sintió un aroma extraño aroma, entre miedo y tristeza que emanaba de Jimin, entre lágrimas gruesas la cabeza del omega se llenaba de incertidumbres, él sabía que no estaba bien seguir su noviazgo, otra parte le insistía a seguir con ello, luchaba por el amor inmenso que sentía, porque mamá siempre dijo: "el amor todo lo puede".
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Hola, es una nueva historia, de verdad, si pueden darle apoyo, sería genial. Después de años he decidido volver a escribir.
Cariños.
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El amor todo lo puede
FanfictionJimin, el pilar fundamental de su familia y a su vez, el dolor de cabeza de ellos. Todas las decisiones que toma, no son bien recibidas, ni su carrera, ni su estilo de vida, y mucho menos, su novio... por el cual lucha a toda costa, sin importar más...