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POV'S Lux
La misma situación se repetía. Desperté por la música tétrica en el mismo lugar que antes.
Básicamente, un día desperté en mi cuarto —el cual se imaginarán como es ya que no tengo tanto dinero para rentar un buen departamento— gracias a que alguien insistía en golpear mi puerta. Cuando la abrí, solo se encontraba la tarjeta que me había dado aquel hombre esa noche, con una citación al mismo lugar en el que me habían recogido.
Así que ahora me encontraba en la gran habitación con menos literas que antes, pero igualmente eran muchas.
A mi lado también despertó el hombre de anteojos —los cuales ya no portaba— que me había pagado el bus.
—Hola, señor. —Asintió en modo de saludo y se levantó. Imité su acción yendo a buscar a Ji-yeong, pero en el camino me encontré con la pecosa hablando con el matón.
Me coloqué a su lado, la más alta me echó una leve mirada y volvió su vista al frente.
—Olvidaré nuestra historia y te aceptaré. —Dijo el hombre con el tatuaje en su cara. —Únete a mi equipo. Antes hacíamos un buen equipo, ¿no? Tú también te puedes unir, mocosa. —Dijo señalándome.
Iba a responderle pero la de pelo corto se adelantó. —¿Sigues mintiendo? Hay un montón de gente buscándote.
—No bromees conmigo. No importa cuán fuerte seas, incluso si tu noviecita te ayuda, no puedes ganar aquí sola. ¿No ves eso? Esos idiotas enmascarados se llevaron las camas de los muertos. Un error, y tu cama también estará afuera.
Una carcajada salió de mi boca, todos me miraron.
—Ahjussi, perdón que me ría, pero, ¿en serio está diciendo eso, cuando lo primero que hizo al llegar aquí fue buscar a los hombres más fuertes para no jugar solo? Ahora lo recuerdo, usted le dijo a esta chica que le había enseñado todas sus habilidades, ¿verdad? —El hombre me miró furioso. —Entonces, una de esas habilidades es ser un cobarde. Si ella muere aquí, probablemente lo haya aprendido de usted. Golpea mujeres y anda con sus perritos falderos de aquí para allá, tal como lo haría un cobarde.
