Nihonkoku Shoukan: Advenimiento del Señor Demonio (Gaiden Volumen 1)

Prologo - El ejercito de los demonios

Esta es una historia mucho antes de que el país de Japón fuera transferido a este mundo.

Durante este tiempo, las diversas razas de la humanidad continuaron odiándose unas a otras para proteger mejor cada una de las tierras que habitaban. Los elfos y los dragones, que llamaban hogar al bosque, desprecian a los enanos y a los humanos que deforestan el paisaje para sus pueblos. Los dragones, que hacían un uso eficaz de los dragones menores, también despreciaban a los elfos, que cazaban dragones para su propia supervivencia. Las llanuras estaban dominadas por la rivalidad entre los humanos y los hombres bestia, quienes dependían de la caza. Las montañas estaban plagadas de luchas entre los enanos y los hombres bestia, quienes llamaban a los elevados picos su hogar. El mundo en ese momento nunca se encontró sin conflictos e inquietudes.

Mirando hacia atrás, todo esto se debió al Imperio Ravernal, la gran nación de la gente de alas ligeras que solía dominar el mundo entero a través de su abrumador poder. Esta nación de gente de alas ligeras, que poseía capacidades mágicas mucho mayores que incluso los elfos, es conocida por las otras razas con otro nombre: el gran imperio hechicero. Subyugaron y persiguieron a todas las razas mágicas menores y al aplastar al reino de los dragones divinos de Infidragoon, su único igual en términos de poder, lograron agarrar completamente el mundo entero en sus dedos. Sin embargo, a la gente de alas ligeras nunca le faltaron la arrogancia y, por lo tanto, dirigió sus ambiciones hacia los dioses. Habiendo matado al dios dragón, la gente de alas ligeras puso demasiada fe en su poder. Ganarse la ira de los dioses más altos, la gente de alas ligeras lanzó un gran hechizo para transportar su hogar, el continente Latistoa, hacia el futuro para evitar el castigo de los dioses en forma de meteoros. Con la gente de alas ligeras desaparecida, las otras razas se regocijaron en su liberación, luchando por repoblar el resto del mundo mientras perseguían al resto de las personas de alas ligeras que quedaron atrás.

Han pasado 100 años desde su vuelo. La humanidad ya había olvidado la amenaza de las personas de alas ligeras, ya que cada una de las razas apuntalaba a sus propias naciones en respuesta a la amenaza que representaban entre sí. Fue durante este tiempo que el misterioso ser conocido como el 'Señor Demonio' emergió del continente Grameus, liderando un ejército de demonios y bestias mágicas conocido como el Ejército Demonio para conquistar la totalidad del mundo conocido. En un abrir y cerrar de ojos, el Ejército Demonio subyugó a más de la mitad del continente de Filades y luego utilizó caribdis de 50 metros de largo y monstruos marinos kraken para cruzar el gran océano hasta el continente Mirishient, donde aún quedaban rastros de destrucción provocados por la magia del núcleo. Y pisoteó sin piedad las razas que se habían arraigado allí.

Los elfos, que poseían un gran poder mágico, complementando su habilidad para lanzar poderosos hechizos; Los hombres bestia, que poseían una astucia, fuerza y agilidad excepcionales; Los enanos, que son insuperables en la producción de armamento de alta calidad y en la construcción de magníficas fortificaciones; y los humanos, que son los más capaces de ver más allá del fragor de la batalla y gestionar las estrategias. Haciendo uso de sus propios talentos, las mentes de la Alianza de las Razas están procediendo con su plan para contraatacar al Señor Demonio.

Sin embargo...

El Señor Demonio era un ser absoluto, que poseía poderes mágicos más grandes que cualquier elfo. La fuerza y la agilidad de los hombres bestia fueron igualadas por los miles de reyes orcos y ogros. Sus magníficas fortalezas fueron destruidas por enormes bestias mágicas y dragones terrestres. Los demonios inferiores, los goblins, eran tan masivos en número y se reponían rápidamente. La Alianza de las Razas, que al principio estaban unidas por la perspectiva de luchar juntas, se vieron obligadas a abandonar apresuradamente el continente Mirishient. Incluso sus fuerzas en Filades ya no podían resistir contra el Ejército Demoníaco, lo que obligó a sus disminuidos números a cruzar el gran océano y retirarse a su último refugio en el continente de Rodenius.