Controlado por una... ¿extraña?

Un paquete peculiar...

Una caja poco pesada había sido dejada en la puerta de mi departamento, no tenía nada que dijera quien lo envía o algún dato, pero si tenía un aroma dulce, alguna clase de perfume femenino que penetraba mi nariz y llegaba a mi cabeza, sin perder tiempo metí el paquete para abrirlo.

Mi sorpresa fue grande cuando al abrir la caja ví un collar... para perro. Un collar negro, con puntas metálicas, como para un perro agresivo. ¿Porque me envían esto, que clase de broma es esta?

Junto al collar había una tarjeta, que no tenía nada escrito, pero tenía la marca de un pintalabios rojo, quien envío el paquete dejo su sello, besando una tarjeta con labial rojo como su carta de presentación, eso es raro, pero me calentaba la idea de ponerme el collar. Pero no podía hacerlo en el momento, tenía que ir a trabajar...

Caída la noche me dispuse a bañarme y a dormir, pero el collar, ahí estaba en mi escritorio, me lo puse antes de dormir y me seguía masturbando imaginándome a esa mujer sea quien sea que me hablase sucio, rudo, que me denigre como hombre, esa fantasía hizo más presencia en mi mente, no se si fue mi ruptura reciente pero quería tener una novia que me domine en la intimidad, que sea ella quien mande y en público seamos una pareja feliz.

Al día siguiente salí a trabajar y al regreso había una tarjeta en la puerta de mi departamento, tenía nuevamente la marca del beso y una escritura, que era una dirección, una fecha y una hora en específico. Sabía dónde estaba esa dirección, no estaba muy lejos de casa pero era una zona peligrosa, y la hora era algo tarde.

Era al final de la semana y saliendo de trabajar, pero no estaba seguro de si ir o no... Ir, para saber quién es la chica tras las notas, el collar, las llamadas y los mensajes, pero no ir por si es una trampa para adaptarme o matarme, pero... ¿Porque todo esto sucedió y apareció de la nada en un momento en el que despertó ese deseo?

Alguien me está espiando, a nadie le he dicho nada de este asunto, sería juzgado como un fetichista o un raro.
Pero no puedo quedarme con la duda... Aceptaré la invitación, y llevaré el collar para que me den una explicación.

Es fin de semana laboral, voy camino a la dirección acordada, tengo una sensación rara en mi estómago, me dan escalofríos en el pecho pero no me rehusó a faltar. Llegue al lugar, es un callejón sin salida y para variar ha comenzado a llover, al final del callejón hay una puerta, no se si sea una casa o un local, pero hay otra tarjeta pegada, tenía el mismo perfume, pero estaba más concentrado, y al olerlo comencé a marearme, trate de dar vuelta atrás y salir de ahí pero todo estaba oscuro, comencé a perder el equilibrio y mi visión se hacía más borrosa de lo normal, algo salió de las sombras y me sometieron traté de zafarme de quien me retenía pero algo me tapó la nariz y boca, perdí el conocimiento en mitad de un callejón de noche en plena lluvia, luchar fue inútil...