"They say that i'm a total disaster."

Única parte.

- Así que, ¿Cómo se llama esto? –Apuntó al pizarrón.

- Contexto situacional indirecto –Repitió el coro de niños en el salón.

- Pueden retirarse. –Sonrió la maestra, satisfecha de que su trabajo se haya concretado por hoy.

Y justo después de la sonrisa de la maestra, el timbre sonó para ver como todos los niños de 11 años del curso de Lionel salían corriendo. El nombrado, se levantó al final, corriendo hacia el escritorio.

- Hoy estuvo muy interesante su clase, profesora. ¡La he disfrutado mucho!

Kate amplió su sonrisa. 

- Me alegra mucho, Lionel. –Sonrió. – Le mandas saludos de mi parte a tu papá, ¿ok? Dile que vas perfecto.

- ¡Okay, hasta luego! –Exclamó corriendo a la salida, su padre debía estar allí esperándolo.

Pero ahí no había nada.

Se sentó en los escalones a la salida del colegio y apoyó su cabeza en sus manos, con los codos en sus rodillas. Miraba como todos se iban con sus madres y él… él se quedaba esperando a su padre, que la verdad siempre terminaba decepcionándolo cada día más.

- ¡Avanza, joder! –Espetó al conductor de enfrente.

- ¡Si pudiera lo haría! –Le respondió.

- ¡Tengo que ir a buscar a mi hijo a la escuela, cédeme el paso, pedazo de mierda!

Harry estaba sobándose la sien, apoyando su brazo en la ventana abierta.

Su hijo le mataría otra vez.

“¡No te soporto! ¡Siempre es lo mismo!”

Era casi como una mini-pareja.

Lionel era temperamental, pero sensible y gracioso a la misma vez. Cuidar y criar a su hijo solo no era fácil, requería dinero, tiempo y un gran corazón. Quizás tenía la tercera opción, pero no estaba seguro. Extrañaba esos días en los que trabajar de conductor del autobús escolar era completamente fácil, porque en verdad, ahora, necesitaba tiempo y dinero más que nunca.

Niños para allá, niños para acá.

Ugh. Aunque el tiempo a veces era más accesible, pero sólo a veces.

Se bajó con delicadeza, como siempre lo hacía. Viendo al hermoso niño que había nacido de él, sentado ahí en frente. Había esperado mucho tiempo por esto; por ver a su pequeño hijo grande y como se lo había imaginado hace edad. Tenía el cabello de Harry, pero tenía sus propios ojos azules; era pálido como Harry y con labios finos como él.

Sonrió al verlo después de tantos años.

- ¡Hey, tú!

Le llamó.

Lionel volteó a ver al chico de la motocicleta, chaqueta de cuero y vans negras con pantalones ajustados y una camiseta negra que decía “VINI, VIDI, VICI” con signos debajo de cada una de las palabras. La moto le impactó más. Adoraba las motocicletas.