GOLDEN [Stefan Salvatore 1]

Rose

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Amalia Schultz nunca había sido de las que se metían en una situación en la que no pertenecía. Siempre había sido de las que luchaban. De hecho, sus padres la habían criado para que fuera capaz de defenderse a sí misma en caso de que alguna vez se encontrara en la situación en la que se encontraba actualmente. Pero, desafortunadamente para ella, no se enfrentaba a un anciano frágil que era lo suficientemente retorcido como para encontrar entretenimiento en la captura de una niña, pero ella se enfrentaba a seres sobrenaturales que eran mucho más fuertes de lo que nunca sería. Y en el caso de estar cautiva, no había nada que pudiera hacer al respecto.

¿Qué quieres?.- Elena Gilbert exhaló, petrificada por el hombre que estaba inclinado sobre su cama.- Por favor, estoy herido.

Si. Sólo una probada.- Él se agachó más, mordiendo su herida y completamente incapaz de controlarse.

Trevor! Contrólate.- Una mujer entró en la habitación y reprendió sus acciones, lo que hizo que se enderezara.

Buzzkill.- Él puso los ojos en blanco hacia la mujer antes de salir de la habitación, decepcionado de que ella le hubiera impedido alimentar su hambre.

¿Qué quieres con nosotras?.- Ahora era el turno de Amalia de hacer la pregunta que ambos se estaban haciendo. Y tenía la esperanza de que esta vez, ahora que estaban con su otro secuestrador, ella respondiera.

Oh, Dios mío.- Se acercó a las dos chicas, mirándolas bien a las dos.- Realmente es asombroso.

Pero yo no. Por favor, lo que sea que... ¿Qué?.- Ambas chicas hablaron al mismo tiempo. Una de ellas se estaba defendiendo, y la otra estaba completamente confundida.

¡Cállense!.- Les ordenó, y mientras uno de ellos la siguió como le dijeron, la otra no pudo quedarse callada.

Pero no soy Katherine. Mi nombre es Elena Gilbert; no tienes que hacer esto.- Elena le informó quién era, aunque la mujer parecía saberlo.

Se quien eres. Dije que te callarás.- Repitió sus palabras con un tono mucho más agresivo que antes para advertirle.

¿Qué quieres?.- Elena la presionó, finalmente provocándola, y provocando que ella golpeara a Elena en silencio.

Quiero que estés callada.

◻️◻️◻️

Justo cuando Rose había salido de la habitación para conversar con el hombre, dejando a Amalia sola, la Schultz decidió fisgonear un poco y ver si podía obtener alguna información sobre quién los había traído allí o para qué estaban allí.

Así que eso es todo, Trevor. Solo tenemos que esperar.- La mujer respondió a lo que se había dicho antes, pero Amalia no se había acercado lo suficiente para escuchar nada hasta ese momento.