U.A [3/5]

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El cuarto en el que se encontraban se caía a pedazos; la pintura sobre las paredes se descascaraba, en muchas otras se podía ver perfectamente el ladrillo el cual se veía levemente resquebrajado y desde el techo caían pequeñas gotitas de lluvia producto del desgasto, parecía que iba a derrumbarse en cualquier momento.

Dentro del edificio se encontraban reclusos 2 personas; el teniente Chizome Akaguro y el conocido profesor "x". 

── Profesor... Lamento que haya resultado de esta manera.  

El soldado mordió con impotencia su labio inferior mientras agachaba la cabeza. 

── No digas eso, yo debería ser el que se disculpe. Después de todo, esto sucedió porque viniste a salvarme. 

«Maldita sea, esta misión de rescate habría tenido éxito si el informante no nos hubiera traicionado»

«El poder militar de aquí no estaba al nivel de la milicia. Esos bastardos eran soldados estrictamente entrenados» 

«Sus números también eran tres veces más de lo que nos dijeron... Y no sólo eso, conocían perfectamente nuestras rutas de movimiento y tiempos»

«¡Todo esto fue una maldita trampa!»

Entonces un fuerte ruido cortó su tren de pensamiento, la pesada puerta de metal se abrió de golpe y se dejó ver a un hombre con un turbante el cual cubría la totalidad de su cara exceptuando sus ojos. 

El tipo empujó a otro soldado que fue capturado el cual estaba bastante golpeado, manchas de sangre seca se podían ver en su ropa. Parecía como si lo hubieran torturado un poco antes de mandarlo a la celda. 

── ¡Sargento Fujiwara!

Exclamó el teniente al observar a uno de los hombres de su pelotón. 

── ¡Hijo de puta! 

Chizome exclamó al enemigo mientras su sangre comenzaba a hervir. 

── قريبا سآتي من أجلك ، يا ابن العاهرة

El japonés no había entendido ni mierda, aquel idioma era tan ajeno para él como el inglés para un latinoamericano. 

Entonces fue que antes de retirarse, el terrorista golpeó al capitán fuertemente con la culata de su arma, haciéndolo caer de rodillas. 

── Urk...

Se quejó. Sorprendentemente no perdió el conocimiento... Cualquier otro se habría desmayado de inmediato. 

«Ese hijo de puta... Sólo está jugando con nosotros» 

── Teniente, ¿Estás bien? 

Preguntó el recién llegado a su superior. 

── Sí, no te preocupes. ¿Cómo te encuentras tú? 

── Bien, aunque adolorido. 

── Es bueno saber eso. 

Respondió el mayor con una sonrisa para después borrarla. 

── ¿Qué sucede con las otras tropas? ¿Has sabido de ellas antes de que te capturaran? 

── No lo sé, creo fueron arrastradas y acorraladas a alguna parte por las fuerzas enemigas. 

Estruendos comenzaron a oírse más allá de aquella habitación que los retenía, el trío observó en dirección de la puerta... Y repentinamente se abrió. 

Corazón Frío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora