Personalidad Engañosa [2/2]

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La ciudad había caído en casi la penumbra absoluta. Ya era completamente de noche y las calles eran únicamente iluminadas por la tenue luz de la luna y faroles repartidos a lo largo del sitio.

Izuku salió de último momento debido a que su cena necesitaba un ingrediente que no tenía a mano en casa; y no iba a preparar Katsudon sin cerdo. Sería algo semejante a hacer taco sin tortilla, es imposible, el platillo perdería todo el sentido. 

La carne que creyó que sí tenía en el congelador fue cocinada por su madre un día que preparó chuleta y arroz; por tanto, no había nada. 

Iba perdido en la profundidad de sus pensamientos, sin embargo, eso no lo invalidaba de detectar las presencias que lo seguían desde hace un par de cuadras. A pesar de eso, siguió su camino con indiferencia. 

Caminó hasta la carnicería que estaba a punto de cerrar, sin embargo Izuku le pidió un corte de carne antes de cerrar. El trabajador aceptó con una leve sonrisa la cual probablemente le obligan a hacer para mantener a los clientes felices. 

Mientras le hacían entrega del ingrediente principal, él aprovechó para entablar una conversación con el carnicero con el objetivo de practicar su otra personalidad. Bajo su perspectiva, este diálogo y el actuar propio fue diez de diez. 

Antes de salir del local, agradeció y observó de reojo hacia fuera. Al frente se posaban dos figuras en lo alto de una estructura. 

Izuku suspiró, se despidió del hombre que lo atendió, salió y posteriormente comenzó a tener diversos pensamientos acerca de quienes eran esos tipos que ya estaban colmando su paciencia; no obstante, la idea que calmó ese sentimiento fue "que observen todo lo que quieran, no encontrarán nada interesante en la aburrida vida que llevo ahora". 

Fue así que recorrió el camino de vuelta a su apartamento de vuelta al departamento. No obstante, Izuku detectó a los acechadores acercándose sigilosamente. Con rapidez, esquivó un ataque descendente que probablemente lo habría matado de haber acertado, aunque eso nunca iba a ocurrir, claro está. 

El de hebras verdes se recompuso mientras soltaba otro suspiro profundo y se rascó la nuca con serenidad. 

── Oye, este cabrón esquivo mi ataque

El adolescente observó a ambos tipos con un semblante estoico. Ambos traían túnicas con capucha que cubrían sus cuerpos en totalidad. 

Aquel que habló sacó de encima aquello que le tapaba el rostro, dejando al descubierto facciones toscas, con una cicatriz vertical que atravesaba el lado derecho del labio; cabello rojizo y piel increíblemente pálida, dando aspecto de que estuviera enfermo. El mismo alzó una de sus manos y apuntó a Izuku con el índice mientras que en la otra empuñaba una daga. 

── No te preocupes por eso, debió ser suerte

El otro también se despojó de la capucha, Izuku observó sus rostros con detenimiento rebuscando en su memoria algún recuerdo que tenga de ellos dos, sin embargo, no los ha visto en su vida. Aunque eso es extraño debido a que él reconocería a la gran mayoría de asesinos a sueldo que se encuentren en suelo japonés, por lo tanto, o son extranjeros, o deben ser algunos novatos que se creen la gran cosa... Y él apuesta por la segunda opción. 

── Sí, estoy seguro de eso

Terminó la frase y se abalanzó contra Izuku con un impulso con una locura asesina. El hombre movió perfectamente su daga en un arco rápido y preciso, apuntando directamente hacia el corazón del adolescente con el objetivo de acabarlo de un único golpe. Sin embargo, la agilidad del más joven era sorprendente. Con un paso lateral rápido y fluido, Izuku esquivó el ataque con gracia, dejando al asesino ofuscado por un breve momento. Ahora él estaba replanteándose si el esquive del ataque sorpresa que llevó a cabo hace un minuto solo fue cuestión de suerte o habilidad. 

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⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

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