CAPITULO 20

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Hola y buenas noches mis poderosísimos lectores jeje. Pues que les digo... Últimamente no he tenido el tiempo suficiente para actualizar, las tareas son demasiadas cuando ya es el corte del parcial 😕 tuve que dedicarle mis pequeñas horas a mis tareas 😒 y ni modo de no entregarlas 😕

Pero por suerte ya estamos nuevamente aquí 😃😃 espero que les guste, aunque creo no poder actualizar este sábado que viene, perooooooo no voy a tardar demasiado, si tengo el tiempo y el espacio, estaré publicando constantemente jeje, recuerden que está historia ya está por terminar, y tampoco quiero demorarme tanto.

Sin más, continuemos...
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Los primeros rayos del sol se colaron en la ventana de la habitación, la castaña abrió lentamente los ojos y se incorporó tapándose su desnudes, estiró los brazos y dio un pequeño grito de satisfacción, se frotó los ojos, pero se dio cuenta que una mano grande y un tanto pesada está sobre su pierna izquierda, sonriendo volteo lentamente encontrándose a su amo durmiendo como un ángel mientras está tapado con una sábana blanca.

Rin se acerca lentamente depositando un tierno beso sobre la luna creciente que se encuentra en la frente de su señor. Sonríe sonrojada recordando lo que vivió ayer en la tarde con su amo, si esto fuera un sueño, no deseaba ser despertada.

Se alejó levemente de Sesshomaru observándolo con amor, recordó que ahora que se habían declarado y haber hecho el amor... eso quería decir que... son ¿novios?.

Sesshomaru abrió los ojos casi de golpe, su mirada viajó rápidamente a su Rin, viendo un buen espectáculo de ella, su cuerpo desnudo y solo siendo tapado por un poco de sábana, la miraba como una linda presa. Rin no tardó en sonrojarse y apretar más la poca sábana que cubría su desnudes, su señor la miraba como algo... ¿Delicioso?.

—Buenos días amor...

—Rin... —sin tantos rodeos, le arrebató las sábanas del cuerpo de la castaña dejándola expuesta ante él.

—A... Amo.. ¡No!

Tomándola de la cintura —¿Por qué no? —aspirando el aroma de su cuello —Tu también lo deseas —susurró con un tono seductor y ronco, haciendo que Rin se estremeciera.

Recostó a la castaña en la cama, él quedó encima de ella y entre sus piernas, comenzó a besarla con pasión introduciendo su lengua el la pequeña boca de Rin, ella le seguía el ritmo e hizo un recorrido torpe y leve con sus manos en la espalda desnuda de su amo.

El ya no resistió más y dirigió su miembro ya despierto y erecto en la entrada de Rin, de una sola estocada entró en ella haciendo que la joven gimiera fuertemente. Las estocadas eran fuertes y rápidas, la tomó de la cintura y de un movimiento rápido se dio la vuelta, dejándola encima de él.

—¡Ah! Muévete... —ella asintió con la cabeza y comenzó a moverse de arriba hacia abajo excitantemente...

—Ah... ah... ah... mmm... —los gemidos de ambos sonaban por toda la habitación.

Yukyna se encontraba cocinando el desayuno del día, Jaken estaba bebiendo su té de manzanilla tranquilamente, de repente, los gritos de la castaña se hicieron presentes, desconcertando a Jaken y asustando a Yukyna.

—¡¡Cof cof!! —levantando una ceja —¿Qué fue eso? ¿Rin se encontrará bien? —preguntó Jaken dejando su taza de té y levantándose para dirigirse a las escaleras, Yukyna corrió rápido hacia él y lo detuvo.

—E... esperé señor Jaken —sonrojada —será mejor que los... ¡Digo! —corrigió —que la dejemos sola, descuide estará bien...

—Pero...

Siempre Fuiste TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora