Kenma presiona las teclas del celular con una rapidez que Kuroo nunca entenderá, su rostro tan sereno como siempre con el brillo en sus ojos inexistente.
Tetsurō rebusca entre los bolsillos de su pantalón algo, sonriendo triunfante cuando lo encuentra.
Saca un cigarrillo de la pequeña caja, buscando un encendedor segundos después y frunciendo el ceño al darse cuenta de que no tiene.
"Kenma" el mencionado no se mueve concentrado en la pantalla frente a él, pero el pelinegro sabe que su amigo lo escucha "¿Tienes fuego?"
"No" responde simplemente, encorvandose más cerca de su teléfono en las escaleras fuera del gimnasio de voleibol
Kuroo golpea su cabeza suavemente, un gesto que distrae a Kozume y le hace crear un error en la perfecta sinfonía sincronizada que sus dedos estaban haciendo con tanta facilidad sobre la fría pantalla.
Recibe protestas segundos más tarde, por supuesto que las recibe. A Kenma no le importan muchas cosas, pero en su lista de prioridades, los videojuegos probablemente están en el top cinco.
"Espalda derecha" ordena, y casi suena como una burla de lo acostumbrada que está su lengua a aquel hábito tan molesto
Y así pasa el descanso; Kenma viciado con algún extraño videojuego y Kuroo extrañando el adictivo sabor del humo.
El novato más reciente era Lev, un muchacho alto. Y cuando Kuroo decía que era alto, realmente lo decía.
Los rusos son absolutamente bendecidos en cada aspecto de su físico, ¿no?
"¿Acaso tienes envidia?" pregunta Yaku, su sonrisa extendiéndose hasta más allá de sus mejillas, un rostro que no era común en aquellos días por la prescencia de Lev en la cercanía de Nekoma.
Ah, puede que haya dicho eso en voz alta sin darse cuenta.
"¿Yo, celoso?" Kuroo resopla ante tal pensamiento "Por favor, soy el hombre perfecto. No nececito de quien estar celoso" se jacta, metiendo las manos en sus bolsillos con un encogimiento de hombros.
ESTÁS LEYENDO
praising. kurohina
Fanfiction── 𝗛𝗢𝗥𝗡𝗬 𝗛𝗢𝗨𝗥𝗦: kuroo visita el templo de una olvidada divinidad.