ℚ𝕦𝕖́𝕕𝕒𝕥𝕖 ℂ𝕠𝕟𝕞𝕚𝕘𝕠| Hermione Granger| L4

20-Tortura

Ellie se apresuró a salir al salón y su rostro se hundió de horror. Sostenidos por un ladrón estaban Ron y Hermione, quienes miraron a Ellie con temor. Del otro lado, Bellatrix sostenía a un niño desfigurado que Ellie reconoció de inmediato que era Harry. Su padre estaba entre Lucius y Narcissa, su expresión seria había regresado a su rostro una vez desesperado.

Ellie y Hermione se miraron a los ojos, y una expresión de dolor se plasmó en el rostro de la Hufflepuff. Apretó los puños y se clavó las uñas en las palmas de las manos. Sostuvo su mirada con Hermione, en la que los ojos de la Gryffindor se posaron en las manos de Ellie y le advirtieron en silencio que no intentara nada.

"Ah, Ellie. Encantada de que te unas a nosotros", saludó Bellatrix con una sonrisa maníaca.

Ellie no dijo nada mientras seguía mirando fijamente el rostro de Harry, distraída por la prominente hinchazón. Un ojo estaba completamente cerrado, mientras que el otro ojo verde la miraba esperanzado.

Bellatrix se dio cuenta de la mirada de Ellie e inmediatamente se volvió hacia ella, con una sonrisa en su rostro.

"Familiar, ¿no?" ella ladró. "Dime, y será mejor que no mientas, ¿esto es... Harry Potter? Ustedes dos son muy buenos amigos, ¿no?"

Ellie se acercó más al chico, que estaba arrodillado cuando Bellatrix tiró de su cabeza hacia atrás.

"Ya no somos amigos. Dejamos de hablar después de lo que pasó en el Ministerio hace un par de años", mintió Ellie mientras examinaba a su amiga. "No podría ser él. Lo último que recuerdo, no era tan ... horrible".

Bellatrix suspiró con dureza. "No eres de ayuda," ladró antes de volverse hacia Draco.

"¿Bien?" ella persiguió a la rubia.

"No puedo estar seguro", dijo Draco rápidamente, evitando el contacto visual con cualquiera de ellos.

"Draco. Mira de cerca, hijo," ordenó Lucius mientras se agarraba la nuca con firmeza. Habló en voz baja, aunque sus palabras fueron escuchadas por quienes lo rodeaban. "Si somos nosotros los que entregamos a Potter al Señor Oscuro ... todo sería perdonado. Todo sería como estaba, ¿entiendes?"

Un hombre habló detrás de él, y Ellie inmediatamente reconoció que era el Ladrón con el que casi se habían encontrado esa noche hace muchos meses. Ellie apretó los dientes mientras sus ojos se oscurecían de rabia.

"Ahora, no olvidaremos quién lo atrapó realmente, espero, Sr. Malfoy."

"¿Te atreves a hablarme así en mi propia casa?" Lucius rugió, su voz resonando en los techos altos.

"Lucius," suplicó Narcissa, inmediatamente corriendo hacia él, tirando de él hacia atrás.

Ellie miró horrorizada cómo se desarrollaban los acontecimientos. No podía mantener los ojos para sí misma, mientras seguía buscando la señal de Hermione para ayudar, esperando que asentiría con aprobación.

"No seas tímido, cariño. Ven," ordenó Bellatrix, tomando la mano de Draco para arrodillarse frente a Harry. "Ahora, si esto no es lo que creemos que es, Draco, y lo llamamos, nos matará a todos. Necesitamos estar absolutamente seguros."

"¿Qué le pasa a su cara?" Draco cuestionó mientras el ojo abierto de Harry lo miraba.

"Sí, ¿qué le pasa a su cara?" Bellatrix preguntó en voz alta.

"Vino a nosotros así", respondió el Ladrón. "Algo que recogió en el bosque, creo."

"O me encontré con una maldición," susurró Bellatrix mientras se volvía hacia Hermione. "¿Fuiste tú, querida?"