Confusión

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N/A: LO SÉ, LO SÉ. Les debo una disculpa enorme por haberme desaparecido de la nada y haber pausado la historia JEJEJE.

Pasaron muchas cosas y, les seré sincera, hubo un momento donde perdí el rumbo de la historia. Wattpad borró algunos capítulos de mis borradores, perdí todos mis avances y me tomó bastante tiempo volver a escribir.

Pero en fin, YA ESTOY ACÁ y me sorprendió ver cuánto ha crecido la historia y, aprovechando la instancia, quiero agradecerles por los casi 40K de leídas y más de 10K de comentarios🤍

No saben lo feliz que me hacen uwu.

Anyways, ya no les resto más tiempo y espero disfruten el capítulo.😚

*Por cierto, este capítulo no está editado, así que puede que existan algunos errores. Luego los arreglo.

La mañana del día siguiente llegó en menos tiempo de lo que el alfa esperaba y aún así, seguía allí, enredado en la cama de Chifuyu, con él entre sus brazos y la bola de pelos traicionera —Peke J— dormitando sobre su cabeza

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La mañana del día siguiente llegó en menos tiempo de lo que el alfa esperaba y aún así, seguía allí, enredado en la cama de Chifuyu, con él entre sus brazos y la bola de pelos traicionera —Peke J— dormitando sobre su cabeza.

Sus ojos comenzaron a despegarse lentamente mientras se acostumbraban a la luz matutina y el pesar de las feromonas intranquilas que Chifuyu soltaba de manera inconsciente. Baji suspiró, dándose cuenta que debería estar en cualquier lugar menos ahí y que probablemente quedarse había sido un decision muy estúpida, pero, en su defensa, lo decidió así —a pesar de haberse negado en reiteradas ocasiones— porque su alfa se rehusaba a abandonar al omega en el estado en el que se encontraba y tenía dos razones muy importantes para respaldarse.

La primera era bastante sencilla: Baji solía ser alguien muy débil ante las necesidades y dolencias de Chifuyu. Le gustara o no admitirlo, el omega lograba sacar a flote un lado suyo que ni siquiera sabía que existía. Era completamente diferente a lo que acostumbraba ser en su día a día. Más amable, preocupado e incluso un poco tierno, lo cual era poco común tratándose de un alfa como el pelinegro. De todas formas, a Baji le gustaba creer que este lado rosita —como había decidido llamarle— era exclusivo y únicamente para Chifuyu, porque sólo él conocía esta faceta y sólo él podía disfrutarla. Nadie más.

En conclusión, si Chifuyu le miraba con lágrimas en los ojos y le pedía por quinta vez que se quedara a su lado, Baji no sería capaz de resistirse un segundo más y cedería.

La razón número dos era la más obvia, según él. El remordimiento de haberse comportado como un imbécil la noche anterior le carcomió por completo y le impidió alejarse del omega.

Chifuyu lloró a mares luego de aquella bomba que decidió soltarle sin anestesia. Le suplicó, le rogó y entre sollozos pidió que se retractara y que lo pensara dos veces antes de obligarle a irse de la ToMan. Mirándolo a través de sus ojitos de cristal, Chifuyu le prometió que haría lo que fuese con tal de quedarse. Todo lo que estuviese a su alcance. Se comportaría como un buen omega y mantendría la compostura frente a todos los alfas, ocultaría todo posible rastro de omega habitante en él, e incluso entrenaría el doble con tal de no perder su fuerza ni el nivel que Baji orgullosamente le había otorgado.

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⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

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