Cap 3.

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Habían pasado dos noches desde que Jennie había follado con la chica.

Lisa no había podido sacarse de la cabeza la gigantesca polla que la castaña se cargaba entre sus piernas. Y había fantaseado con ella hasta en sus sueños.

Faltaban dos noches para que el padre de Lisa regresara de su viaje.

Dos noches.

Lisa necesitaba acelerar su plan cuanto antes. Por lo que aquella noche, la pequeña se escabulló de su cuarto sigilosamente hasta la habitación de Jennie.

Llevaba puesta una simple faldita rosada y unas medias de red negras, sin braguitas abajo, y de la parte de arriba un simple brasier de encaje negro que asentuaba sus grandes tetas.

Lili abrió la puerta del cuarto de Jennie, y casi babeó cuando vio a la mujer dormir completamente desnuda. Observó la gran polla flácida de Jennie, tan grande y gruesa como la recordaba.

Lisa había adoptado algo así como una adicción por su pene.

Lili entró a la habitación, cerrando la puerta tras su espalda y se subió sobre el gran cuerpo. Pasó sus pequeñas manos por el pecho musculoso y tatuado de la castaña y siguió bajando hasta llegar a la gran verga.
Guió su rostro a ella y la observó esta vez de cerca.

Woah.

Era la primera vez que se encontraba tan cerca de una polla.
Con curiosidad, delineó las venas marcadas que en ella había, ganándose un pequeño gruñido somnoliento por parte de Jennie, que la heló del miedo.

Oh, joder, vamos Lisa. Tu puedes.

La pequeña siguió con su labor, acariciando sus testículos. Le pareció extraño pero a la vez caliente los vellos que la mujer tenía, dándole un aire un poco más rudo.

Lisa jugó con la polla, moviendola de un lado a otro y observándola, conociendola.

Era una pequeña demasiado curiosa.

Lili tocó el piercing que decoraba la polla de la mujer. Aún le parecía increíble (y jodidamente doloroso) que Jennie tuviera uno allí, pero eso solo lo calentaba aún más.

Cuando lo consideró suficiente, tragó saliva por los nervios y decidió comenzar.

Abrió sus grandes labios y engulló toda la polla dentro de su boca. Comenzó a subir y bajar por el tronco de la polla, sintiendo como a medida que bajaba, se ensanchaba cada vez más. Lili intentó respirar por la nariz y controlar su deseo nahuseabundo.

Más de una arcada la azotó, pero la ahogó en el fondo de su garganta. El sabor de la polla era extraño, y la piel caliente de Jennie era una sensación completamente nueva para ella. Pero por algún motivo amó el sentimiento de su boca llena, de sus mejillas abultadas por la verga dentro y de la falta de aire.

Lisa continuó comiéndose la polla, escuchando los pequeños gruñidos que la castaña soltaba entre sueños, y sabiendo que no faltaba mucho para que este despertara.

Pero nunca pensó que faltaría tan poco.

Una gran mano la empujó contra su polla, ahogándola completamente y metiendo toda la verga en su garganta de un solo movimiento. Lisa sintió los vellos púbicos cosquilleando en su rostro.

- Eres una puta. Viniendo a mi habitación y comiéndote mi polla mientras duermo... muy mal, perrita. - gruñó la mujer, aún sosteniendo la cabeza de Lisa contra su pubis.

Lisa mantenía toda la extensión de Jennie en su garganta, ahogándose con ella. Las lágrimas y la saliva ya había comenzado a caer sin poder evitarlo.

⌗ Daddy's Friends | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora