Jimin solo quería hacerle un chequeo a su pequeña erizo, no enamorarse del nuevo médico veterinario que atendería a su mascota durante unos días.
- Parece que nos veremos seguido bonito, soy Jungkook - le guiñó.
Jungkook se encontraba sentado mientras observaba el computador sobre su mesa, fijando su mirada en el nombre que últimamente solía llamar.
Patulina — dueño: Park Jimin
Jimin era un chico bastante lindo y bastante su tipo, no sabía porqué se encontraba bastante inquieto ante su ausencia o tal vez algo ansioso ante lo que sería su llegada.
El sonido de las puertas abriéndose y las campanitas sobre éstas indicando la llegada de alguien al lugar lo hicieron levantarse encontrándose con aquello sonrisa a la que se había acostumbrado, aquellos ojos avellana, mejillas sonrosadas con pecas poco visibles.
Jimin era simplemente hermoso y nadie le podía negar aquello.
- Buen día Jimin - le saludó
- Hola doctor Jeon - y nuevamente estaba ahí, agrandando su sonrisa, sus ojitos más brillantes mirándolo con atención
- ¿Que te trae por aquí? - estúpida, era una pregunta estúpida, bastante ya que sabía el porqué y era obvio
El menor rió en respuesta - Solo pasaba a saludar - respondió con evidente sarcasmo -
- Oh, bueno, hola - un sarcasmo que Jungkook jamás supo entender
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- Ella se murió -
Silencio
El rubio lo observaba sin expresión en su rostro, ni siquiera mostraba sorpresa ante lo que acababa de oír y aquello empezó a inquietar a Jungkook.
- Bueno la verd-
Unas manos tomando el cuello de su camisa para acercarlo al rostro contrario mezclando sus respiraciones y sin despegar sus narices lo interrumpieron y escuchó a Park hablar;
- Es una buena actriz ¿Verdad? - rió soltando al mayor - le hizo la misma broma a mamá para ven- digo, cuando la regaña, suele jugar así ahora ¿Dónde está? - sus ojitos curioso observaban tras el castaño esperando ver a su pequeña erizo salir o alguna señal de ella -
- Se supone que lo tenía que consolar - escuchó decir al mayor en un inaudible susurro - Tae eres un inútil - volvió a alzar la mirada y sonrió - ahora la traigo, si que actúa bien - dándole la espalda al rubio caminó nuevamente hacía donde él animal se encontraba -
Segundos después salía con la pequeña en sus manos aún... Inmóvil
- Jimin..
- Dámela - la tomó entre sus manos y la observó de cerca - despierta tonta -
Pero no había reacción por parte del animal.
- Patu, si no despiertas ahora te voy a vender y te van a cocinar -
Inmediatamente al oír eso como si le entendiera la erizo se dió vuelta mirando con burla al castaño.
