Travesura Realizada.

Capítulo 2

Hace 4 años

-¡DANIELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!.-Se oyó un grito ensordecedor desde la habitación contigua, Hugo corrió lo más rápido que pudo y llegó a la habitación de su compañero de departamento, sus nudillos sobresalían de la fuerte presión en sus manos, sus pupilas estaban dilatadas y ardían en furia, su mandíbula denotaba presión y su rostro comenzaba a dar signos de un color rojo apasionante.

-¿Alex? ¿Estas bien?.-Preguntó con cierto temor, el pobre pelirrojo.

-Daniela…Daniela…Daniela…

-¿Qué pasó con Daniela?

-Ella reveló todo..-Respiraba con dificultad el  castaño que no podía ya disimular su falta de aire por la rabia que sentía.

-¿TODO?

-Todo…absolutamente todo

-¿Cómo así? ¿Ante cámaras? Pero…

-Ante todo el mundo…-Alex vacilo derrotado, pero automáticamente una sonrisilla ya conocida por Hugo apareció en su rostro.

-¿Qué es lo que planeas Alex?

-El único plan en mente ahora es destruir a Daniela y su felicidad-Dijo con una sonrisa ladina.

-¿No crees que exageras?-Arqueó la ceja, Hugo.

-Daniela se lo ha ganado absolutamente sola, y despertó lo peor de mí.

-¡Pervertido!-Le espetó ella.

-Yo solo…quería-señalo indeciso la almohada en sus manos, que empezaban a mostrarse algo húmedas por el nerviosismo que sentía.

-Aléjate-Murmuro ella incomoda y nerviosa al mismo tiempo-o…grito…

Bruno se hizo para atrás y se volteo para explicarse.

-Hey, tú-llamo su atención, Daniela lo miro algo sonrosada pero enojada-No quería hacerte nada, solo acomodarte la almohada.

-Si claro, ¡a 2 centímetros de mi!-Exclamo ella con un sarcasmo notable.

-¡Ni te creas tanto! ¿Crees que quería otra cosa?-Arqueo la ceja con una mirada fija en los ojos oscuros de ella.

-¿Qué demonios te pasa? Acaso no ves mi belleza sobrenatural-Le saco ella la lengua.

El rió, divertido y a la vez con sarcasmo.

-Pero si que esa belleza esta bien pero bien escondida en ti ¿eh?

-Ni siquiera te conozco, estabas a  dos centímetros de mi hace unos segundos y ahora dudas de mi belleza-vaciló Daniela.

-Solo sigo lo que veo-Comento el de ojos avellanos con diversión en el rostro.

-Y después se preguntan porque Voldemort los mata…-Resopló bajo la dueña de la mirada azabache.

-Vol…¿qué?-Expreso una clara confusión el chico.

-¡Muggles!-Subió ella un poco más el tono.

-No sé que significa pero sé que lo dijiste en tono de insulto-Recrimino con fingida depresión.

Ella le dio la peor mirada que pudo darle y el mostro una hilera de blancos dientes que lograron que Daniela se ofuscara más por su frescura y falta de respeto, según ella claro.

Pasaron dos horas y el avió seguía la ruta trazada, la dueña de la ondulada melena oscura se perdía en un libro interesante que había leído y releído como ningún otro libro, y modestia aparte, pero para ella que era una chica que había sido capaz de vivir y pasar sus días en una biblioteca llena de libros de todo tipo, tamaño y tipo. Mas aquel libro era de su serie favorita y la que más le había encantado, el chico del asiento contiguo se mostraba incomodo de tanto tiempo quieto y en un solo lugar, volteaba a mirar a Daniela cada vez que podía, después de su última frase no se volvieron a decir nada, la chica se enfrasco en aquel desastroso libro que le hacía sentir menos guapo y sin relevancia, ¿un libro por él? ¿ÉL?, eso debía cambiar.

-Oye tú, fea-Le dijo en tono burlón.

-¿Qué tu qué?-Frunció el entrecejo.

-Que eres fea.

-Ahhh siii, si eres feo-Le sacó ella la lengua.

-Que demon…

Ella rompió en carcajadas y le miró divertida, él estaba estupefacto, como una chica podía haberle dado una respuesta tan rápida que lo había dejado sin palabras, así mudo.

-¿Cómo te llamas?-Dijo al fin con resignación, rendido ante la victoria de la morena.

-Empieza con Note y termina con Importa-Le sacó la lengua.

El chico quería responderle pero su mente había quedado sin palabras, por el todos los calzones de Santa Claus, esa chica sabia darle la contraria.

-Mi nombre es Bruno, mucho gusto NOTEIMPORTA-Le respondió acentuando la última palabra inexistente.

La chica abrió la boca para responder pero justo fue interrumpida por la suave y fingida voz de la aeromoza que anunciaba la llegada al país destino.

Luego de unos minutos aquel avión piso suelo peruano y la conversación de aquellos dos extraños no se volvió a dar, pero ambos ignoraban que su destino iba más allá que una simple conversación de extraños.