Pelos de punta

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En un país sin ley, entrar puede que sea fácil, salir es toda una travesía.

   En este país quien mandaba era el mismo que mataba y oprimía a la población, y esta en muchos casos no podía soportar esta vida, si así se le puede llamar, las familias buscaban salidas para ponerse a salvo en otro País y poder comenzar de cero una vida en paz, sin embargo esa era una decisión muy difícil de tomar, pues empezar de cero es como volver a nacer, nuevo idioma, nueva cultura, nueva vida, todo totalmente diferente. En este pais todas las familias eran de guerreros y sobrevivientes como una fuerte tribu, estaban las familias que se iban a luchar fuera y empezar de cero y los que se quedaban a luchar en su tierra.

   Arthur, el adolescente que ya no podía seguir aguantando las injusticias de ese frio lugar y su familia decidieron salir del país  para poder tener una vida segura y en paz, sin tener que pensar que al salir a la calle les iban a matar para quitarles cualquier cosa, esta decisión la tomaron con mucha seguridad aunque siempre sintieron terror a lo nuevo,  pero las ganas de ser libres eran mas grandes, las ganas de aire puro, pues en ese lugar estaban presos como animales en cautiverio, ¿pero como se sale de un lugar que cuando intentas salir te intentan matar?, era mas complicado de lo que se pensaba, pues el país estaba encerrado como una cárcel de máxima seguridad, hombres armados dispuestos a disparar en todas sus fronteras y vallas y contenedores atravesados en las vías, sin embargo por suerte o desgracia en todas las cárceles hay un guardia que se convierte en la puerta de salida.

     Esta familia ya tenia muy clara la decisión, ya tenían que salir, pues si había una salida, bajo el gran puente con las vallas y contenedores estaba un desafiante rio con papel de libertador, pues ese rio había que cruzar para libre poder estar, pero no solo era difícil cruzar, también era difícil llegar a el. Como en todas las cárceles hay muchas medidas de seguridad para evitar una fuga, pues en las carreteras de este país había muchos hombres armados como en un videojuego preparados para atacar a quien intentara salir, por esto había que ser sigilosos y pasar desapercibidos , hacerse pasar por comerciantes que iban por mercancía o enfermos que necesitaban medicinas.

   En el auto de camino ala frontera todos estaban callados, tensos y nerviosos, como cuando se comete una infracción de transito, caras pálidas y tristes como en un funeral, pues estaban dejando todo atrás. Cuando en la carreta llega el primer reten ya todos pensaban lo peor, ¿hasta aquí había llegado todo? , pues no, la carta bajo la manga, el guardia que supuestamente estaba escoltando esta familia comerciante y enferma. Así como ese reten había muchos así que el camino seria muy largo, en cada reten se sentía lo mismo, las caras pálidas, los latidos se aceleraban y el sudor frio bajaba por el rostro y le hacia brillar.

   Cuando llegaron a un punto determinado se detuvieron, pues hasta allí podía llegar el auto, había que andar con sigilo, caminaban y no paraban, aunque dominaba el cansancio por aquel campo verde y soleado, pero las ganas de salir eran mas fuertes, ya faltaba poco, atravesaron un pedazo de camino y unos instantes después todo cambio. Todo era un negocio, parecía una empresa bien montada, camionetas grandes y lujosas para atravesar el rio y mas guardias esperando al otro lado. pues al final los que los encerraban eran los mismos que cobraban para sacarles. Sin duda Arthur nunca antes había visto un grado de deshumanización igual.

   Una vez cruzado el rio había una sensación de libertad en el aire, la brisa era mas pura y las caras mas felices, aunque solo eran unos metros de distancia, allí todo era diferente. Recorrieron otro poco de camino, caminaron unos minutos y cada vez se acercaba mas la libertad. Cuando salieron a las calles tomaron el primer taxi corriendo como en una maratón y se alejaron lo mas rápido posible de allí, lo habían logrado, el resto es historia.

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