« Gatitos?! »
ฅ^•ﻌ•^ฅ
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.Llegaste cansada a casa, la escuela era de lo peor, y más estando en épocas de exámenes, en estos momentos no dudarias de tirarte de un puente, pero le tienes miedo a morir a si que esa opción la descartas.
Abriste la puerta de tu casa, esperando a que tus novios te recibieran con un beso o abrazo, la noche anterior se habían quedado a dormir.
Sentiste unas caricias en tu pie seguido de un ronroneo.
- hola gatito - hablaste sin siquiera regresar a mirar a tus pies - (espera...yo no tengo gato!!).
Regresaste a ver rápidamente a tus pies encontrándote a Ran y Rindo con orejas de gato y el tamaño de un bebé, te sorprendiste y caiste de espaldas.
- auch - sobrabas tu trasero que había chocado con fuerza contra el piso, sentiste de nuevo unas caricias en tus muslos, soltaste un suspiro con fuerza y tomaste a los gatitos Ran y Rindo en tus brazos mientras los agarrabas contra tu pecho, al parecer ellos eran concientes de lo que hacían en su forma de gato, así que aprovecharon la situación y se metieron a tu camisa escolar, y ahora sí los tenías sobre tus pechos.
Los sentaste en el sillón de la sala y fuiste rápidamente a la cocina.
Volviste con dos tapitas llenas de agua y esperaste a qué se la tomarán, no sabías desde cuándo estaban así, así que te preocupo que no hayan comido o tomado agua, en esa forma no cres que hayan podido hacer mucho.
- que les pasó chicos? - te golpeaste mentalmente ante la pregunta tan tonta que dijiste, obviamente ellos estaban mucho más confundidos que tú - san pendeja - te maldeciste a ti misma a el aire.
Escuchaste una pequeña risa que provenía de ambos individuos que ahora se encontraban sentados en el sillón, sonreiste de la ternura que te dió.
No le buscaste dos colas a el gato y te dispusiste a cuidarlos, fuiste a el ático de tu casa y bajaste de ahí con una caja en manos, te sentaste en el piso y ellos te vieron con intriga.
Abriste la caja lentamente y de ahí sacaste juguetes para gatos, no le pensabas dar los juguetes, sabías que probablemente ni los quisieran, sacaste una cama de gato lo suficientemente grande para ambos y dejaste la caja de lado.
Viste como se acercaba a la caja y se metieron en ella, como si fuera lo más interesante del mundo.
- parece que les gustó más la caja que nada - reíste levemente por como jugaban dentro de ella - quieren comer?
Viste como ambos asintieron a tu pregunta y fuiste a la cocina a prepararles algo para que coman llevandotelos en brazos.
- voy a prepararles un sándwich ok? - asintieron - rindo sin orillas y ran sin mayonesa - volvieron a asentir.
Les diste el sándwich ya preparado y los sentaste enfrente de ti mientras tú te hechabas en el sillón por el cansancio.
- no recordaba que cuidar a un gato era tan cansador - suspiraste cansada mientras te acomodas boca abajo - extraño a pelusa.
Soltaste pequeñas lágrimas mientras recordabas a tu gato que lamentablemente te había dejado hace dos años.
Esperaste a qué acabarán de comer y los llevaste a tu habitación, ya se estaba haciendo de noche y tenían que dormir.
Rindo se acomodo en tu pecho y Ran sobre tus piernas, y en esa posición se durmieron hasta que llegó la mañana.
Te despertaste viendo a tu alrededor, notando que Ran y Rindo ya no eran gatitos y que habían regresado a la normalidad, suspiraste aliviada, sentiste como te abrazaban de la cintura y como te daban un beso en la frente.
- buenos días linda - Rindo susurro contra tu oído con la vos ronca.
- que fue lo de ayer? - fue lo primero que preguntaste.
Y Ran te resolviero la duda con una sola palabra: "híbridos".