El chico de mis sueños ┈━ Spreen. [EDITANDO]

-01.

Un gran impacto provocó que me despertara en lo mejor de mi sueño. Abrí los ojos y estaba en el piso de mi habitación sin saber qué me había pasado, lo único que recuerdo es un sueño con el mismo chico de siempre. En esta ocasión ambos dormíamos juntos en la misma cama mientras me abrazaba tratando de mejorar mi estado de ánimo.

Me levanté de aquel sitio y me miré frente al espejo. Aún percibía el calor que su cuerpo emanaba, la respiración que cerca de mí sonaba y sus latidos que confirmaban lo nervioso que estaba al estar cerca de mí. ¿Toda esa experiencia es un sueño? Puse mi mano derecha en mi pecho, mi corazón aún estaba agitado por esa escena.

Me enamoré de un chico que no conozco, es más, ni siquiera sé si es real.

Arreglé la habitación mientras escuchaba música con el objetivo de olvidar el sueño que tuve, la mayoría de las veces los escribía como modo de confirmar que la soledad no me está volviendo loca sin embargo hoy no lo hice. Hoy no hice lo que siempre hago.

Un viento extraño llegó a mi ventana y la abrió suavemente. Me giré y para ser honesta me asusté, eso normalmente no pasa. ¿Qué está pasando?

Mi corazón se mostraba agitado mientras que mis manos sudaban y en mi mente únicamente podía pensar en ese hombre, en cómo debía encontrarlo y ya. No importa si lo iba a odiar, si nunca lo volviese a ver de nuevo, solamente quería ver su rostro y confirmar que si he soñado con él. Suspiré estresada, no quiero vivir con esta incertidumbre.

En un ataque de impulsividad terminé saliendo en pijama a la calle. Las personas caminaban y yo me dedicaba a mirarlas con los ojos abiertos pendientes de cada detalle que me pudiera confirmar que realmente se trataba de ellos. Algunos me miraban como una loca, probablemente lo sea, pero no puedo hacer nada para estar en mis sentidos. La desesperación me llevó a esta desesperación donde no tengo otra alternativa más que caer en mi tentación y dejarme cegar por mis sentidos.

— Mamá ¿Qué le sucede a esa muchacha? — Preguntó una niña que llevaba mirándome hace tiempo.

— Hija, debes estudiar para no terminar como ella.

Les dediqué una mirada y ambas se fueron. Ahora soy una mala influencia.

Me detuve por un momento mientras observé de espaldas al hombre que encajaría perfectamente con mis pocos recuerdos sobre su aspecto físico. Caminé rápidamente, bueno, corrí para ser sinceros y cuando estuve cerca toqué su hombro logrando que este se girara para así verlo frente a frente.

— ¡Disculpe! — Mi cara se volvió roja de la vergüenza, no era él. Era ya un señor adulto, mis daddy issues cada vez peores.

— Che, Buenos Aires cada vez más peligroso. — Dijo y se dio la vuelta. El anciano de mierda creyó que le iba a robar o qué.

Me di la vuelta rendida, no debí haber seguido mis instintos. Un leve impacto hizo que levantara la mirada y conecté inmediatamente con un joven alto. Mi mandíbula cayó mientras lo miraba sorprendida, él se mostraba sorprendido de igual manera.

— Dios mío, discúlpame. No vi por donde caminaba. — Respondí. — ¿Te hiciste daño?

— ¡Tú!

— ¡Yo! — Respondí.

— ¡Sí, tú!

Parecíamos dos imbéciles repitiendo lo mismo. ¿Parecía a algún famoso o porqué se sorprendía mucho? Giré mi cabeza estresada y miré en un punto fijo mientras pensaba y al fin mis neuronas conectaron la información que tardé minutos en descifrar.

— ¡Eres tú!

Ambos dijimos al unísono, sorprendidos por la coincidencia. ¿Por eso era la sensación? ¿Hoy era finalmente el día? Sonreí hasta que recordé cómo me encontraba vestida. Miré su ropa y su estilo era increíble, se veía que tenía dinero o un buen trabajo como para poder pagar eso y yo, llevaba un pijama roto, holgado y decolorado que tengo desde los 12 años.

Negué con mi cabeza mientras entraba en crisis. Se supone que este encuentro debía ser mágico, algo lindo y romántico. ¿Por qué debía llevar un pijama todo horroroso de Violetta?!

— ¿Estás bien? — Preguntó.

— ¿Me veo bonita?

Fue lo único que pensé. La expresión del chico se tensó y únicamente me dediqué a reír a carcajadas hasta que se fue convirtiendo en llanto.

Quiero desaparecer en este momento.