III. 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒

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Los tres niños hicieron un recorrido por la escuela en los treinta minutos que tenían de recreo. Le enseñaron a Taro el laboratorio de biología y física, la biblioteca, el salón de actos, la cantina, la dirección, y el baño de hombres (ellas no entraron, obviamente), y al salir al patio recorrieron cada rincón. El patio tenía juegos como columpios, toboganes y subibaja, y sectores para sentarse en unos bancos, y había una mesa afuera, debajo de un árbol de cerezo. Al ver que no había nadie en la mesa, decidieron sentarse y hablar de ellos, para conocerse un poco más.

─Qué raro─ fue lo primero que dijo Riko─, todos los días está ocupada la mesa, pero hoy no hay nadie.

─¿Es muy popular esta mesa?─ preguntó Taro.

─Pues sí. Primero que nada, es la única mesa en todo el patio, está a la sombra, y pues, es más cómodo para comer y todo eso─ le explicó─, porque en un banco tienes que tener todo en la falda y eso a veces es molesto, ¿entiendes?

─Sí. Estaría bueno hacer una especie de "merienda compartida" debajo de este árbol. Digo, recuerdo unas cuantas veces que mi padre estaba trabajando en sus pinturas, y nos tomamos un momento para almorzar. Había una pequeña mesita debajo de un árbol de cerezo, y almorzábamos debajo de una lluvia de pétalos rosados─ contó─. Esos momentos son muy buenos.

─¿Tu papá es pintor?─ preguntó Nobuko.

─Sí, exacto, mi papá es pintor. Trabaja día y noche sin descanso. De hecho, todas las mudanzas que les dije que hice fueron precisamente por eso, por el trabajo de mi papá.

─Aaah, ya me quedó claro─ dijo Nobuko.

─Creí que ustedes eran nómades solamente porque sí─ dijo Riko.

Taro rio.

─No, no me gusta ser nómade, porque me tendría que separar de mis amigos todo el tiempo, y es lo que vivo haciendo...─ dijo en un tono que denotaba pena.

─Oh, lo que tienen las mudanzas es eso─ dijo Nobuko─. Lamento que tengas que separarte de tus amigos.

─No te preocupes, ya me he acostumbrado─ sonrió levemente─. ¿Saben? Durante un tiempo estuve pensando que tal vez sería mejor dejar de hacer amigos en las escuelas a las que me transfiero, porque eso significa volver a perderlos, pero entonces me dije esto: "Es mejor aprovechar cada momento de tu vida al máximo estando con personas alegres, que no hablar con nadie solamente por el hecho de que me tendré que separar de ellos". Como dice el dicho: "Es mejor haber amado y perdido, que nunca haber amado".

─Misaki...

─Vaya, qué dilema─ dijo Riko─, pero tienes razón. Yo no podría estar sola pero ni ahí. Necesito a Nobuko a mi lado porque sino me muero de aburrimiento y soledad─ recostó el mentón en la mesa, estirando los brazos.

─Y yo necesito a Riko porque sino no tengo a nadie a quien acudir cuando me siento mal...

─Las entiendo. Ustedes son grandes amigas. Ojalá yo tuviera a una persona a mi disposición para desahogarme...

─Nos tienes a nosotras─ Riko se señaló con el pulgar.

─Es muy bueno poder contar con ustedes, chicas─ sonrió el pelinegro─. Si tan sólo pudiera quedarme por siempre en esta escuela, pero conociendo a mi papá, de seguro en un mes me iré de nuevo...─ bajó la mirada, apenado.

─Escucha, Taro─ habló Riko─, en ese caso, tenemos que aprovechar al máximo el tiempo que tengamos juntos. Mañana vamos a traer comida para hacer una merienda compartida. ¿Uno puede traer torta de chocolate casera? Es que enserio amo la torta de chocolate casera─ sacó la lengua.

─Yo la traigo─ dijo Nobuko─. Las que hace mi mamá son exquisitas.

─Uy sí, Yuiko es la mejor madre de todas, Taro.

─¿Y la tuya?

─Eeeeeeh...─ rodó los ojos a la derecha─Cambiemos de tema.

Taro y Nobuko rieron.

─Yo voy a traer galletitas surtidas del super que está en la esquina de mi casa. Son buenas y no son tan caras.

─Está bien, y yo traeré unos cupcakes hechos por mí. Aprovechando que papá no va a estar en casa, voy a hacer eso y voy a limpiar el apartamento.

─¿Vives en un apartamento?─ preguntó Nobuko.

Misaki asintió.

─Es más barato que una casa.

─Ya veo. Pero oigan, ¿vieron que vamos a estar comiendo todo esto en un simple recreo? Todos nos van a mirar con envidia porque no les vamos a dar ni una galletita─ dijo Riko, sonriendo con maldad.

─Qué crueldad─ rieron los dos.

─Y sí, si sólo seremos nosotros tres. No hay ningún amigo además de nosotros. Somos tres amigos. Un trío perfecto.

─Sí, amigos─ dijeron los dos.

Entonces el timbre de entrada sonó.

─Noooo, tenemos clase de matemáticas─ Riko golpeó su cara contra la mesa.

─Bueno, amigos, ¿vamos a clase?

─Síp.

Los tres se levantaron y se tomaron de las manos para ir a su salón.

Apenas conoció a dos chicas y no sólo se hizo amigo de ellas, sino que también organizó un gran plan para el día siguiente.

No podría estar más feliz... Oh, bueno, lo único que lo haría aún más feliz sería escuchar venir de su padre: "Hijo, nos vamos a quedar en esta ciudad por un buen tiempo".

Cómo ansiaba poder escuchar esas palabras...

𝗘𝗦𝗘 𝗗𝗜́𝗔... ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora