Loyalty

Capítulo 005

"Mi señor," dice uno de los sirvientes, los nervios le hacen temblar la voz. Tiene razón en estar nerviosa; A Tianlang-jun no le gusta especialmente que lo interrumpan. Pensó que había entrenado al personal demoníaco para ser mejor educado.

"¿Qué?" pregunta, sin mirar hacia arriba. Ella cae al suelo, presionando su cabeza contra él.

"Hay un problema en el pasillo", dice, con la voz temblorosa. "Me enviaron para decirle-"

"¿Un problema que necesita mi atención personal?" Tianlang-jun dice, con la voz fría de incredulidad. El frenético asentimiento del sirviente no lo detiene mientras se pone de pie lentamente, flexionando los dedos en anticipación de encontrar trabajadores más adecuados a su gusto, después de deshacerse de los actuales, por supuesto.

"Es lord Liu", continúa apresuradamente, deteniendo su acercamiento.

"Oh", dice Tianlang-jun contemplativamente, dejando que su mano caiga a su costado. Está algo apaciguado; esto es, al menos, digno de su atención. "¿Por qué no viene aquí?"

"Mi señor, por favor compruébelo usted mismo", dice el sirviente, el hedor del miedo hace que Tianlang-jun suspire y la despida de la habitación. Ella espera en la puerta con otros dos asistentes domésticos acobardados, que se quedan detrás de él mientras recorre el pasillo. Su larga túnica ondea detrás de él, debajo de las túnicas que se asoman por debajo de las mangas y los dobladillos en aleteos de un gris acerado y captan la tenue luz del exterior. Son apenas unas cuantas vueltas del pasillo antes de que pueda escuchar la conmoción que se avecina.

"Mi señor, por favor-" dice una voz aterrorizada, sin respuesta. Los muros protegidos del palacio redirigen la energía demoníaca dentro de él, como insonorización en una calle concurrida; sólo ahora que se está acercando puede sentir el poder dominante que palpita y araña el aire. Uno familiar. "Deja que este sirviente-"

"¡No me toques!" gruñe una voz familiar, y Tianlang-jun da la vuelta a la esquina para ver a Liu Qingge en el amplio pasillo, hundido en una rodilla e irradiando amenaza, con la espalda agitada por la fuerza de su respiración. Los sirvientes están agrupados lo más lejos posible de él, excepto por un alma valiente, con la mano extendida como en un intento de ayudar, a pocos pasos de su inminente desaparición. Hay marcas profundas en el piso y las paredes, como si la energía demoníaca se hubiera descontrolado.

"Aléjate", dice Tianlang-jun, pasando descuidadamente al lado del aterrorizado demonio. Ella inmediatamente se retira, la mano cae en claro alivio. Tianlang-jun dobla con gracia la rodilla para colocar una mano sobre el hombro de Liu Qingge, la otra toma su codo.

El músculo debajo de sus dedos se tensa inmediatamente; Los ojos de Liu Qingge se abren de golpe y su mano va a la empuñadura de Cheng Luan. Con un apretón de advertencia, Tianlang-jun deja que la fuerza de su energía demoníaca salga de él, solo por un momento. Los sirvientes detrás de él se apresuran más atrás, los que no han caído de rodillas se agarran el pecho; Liu Qingge, frente a él, toma toda su fuerza. Su mano se detiene por un momento, luego sus músculos se relajan minuciosamente; sus ojos se elevan para encontrarse con los de Tianlang-jun en reconocimiento.

"Mi señor," dice con voz ronca.

"¿Qué te pasa?", Dice Tianlang-jun en tono de conversación, mirándolo de arriba abajo. Liu Qingge no responde; simplemente aprieta los dientes y se queda donde está. "Ven a mis aposentos, voy a atenderte", ordena Tianlang-jun, levantándose fácilmente para poner a Liu Qingge en pie.

Liu Qingge lo sigue con menos gracia de la habitual; solo llega a la mitad de su camino para ponerse de pie antes de que sus piernas cedan. Tianlang-jun soporta su peso con bastante facilidad, sosteniéndolo por el codo para que los sirvientes no vean que no puede pararse. Liu Qingge se balancea, incluso con el apoyo.