Capítulo 1

79 7 5
                                    

Al despertar sintió un intenso dolor de cabeza que apenas la dejaba pensar, seguido de un frío acerado recorriéndole todo el cuerpo. No sin esfuerzo, entumecida, se incorporó sobre los codos y se dio cuenta de que estaba en el suelo, totalmente desnuda. A continuación echó un vistazo alrededor y comprobó, con asombro, que se encontraba en el centro de una pequeña estancia vacía cuyas paredes, suelo y techo compartían idénticas superficies lisas, de un blanco inmaculado, donde no se apreciaban puertas ni ventanas.

 Cuando se levantó la cabeza le daba vueltas, pero al menos experimentó cierto alivio al despegar la piel de aquella superficie helada sobre la que había estado tumbada. Luego dio un par de pasos erráticos hasta que las sombras que embotaban su mente se desvanecieron ante la brutal certeza de que no sabía cómo había llegado a aquel lugar. Desconcertada, temblando y al borde un ataque de nervios, permaneció inmóvil mientras escrutaba cada rincón de aquella estancia aséptica que no reconocía. En cuestión de segundos cientos de hipótesis, a cual más terrible, cruzaron su cerebro como un tren bala. ¿Se trataba de una broma de mal gusto? ¿De algún tipo de juego macabro? ¿O la habían secuestrado? ¿Cuales eran las intenciones de la persona (o personas) que la había encerrado allí? ¿Sería un asesino en serie? ¿Un pervertido? De repente se sintió muy pequeña y vulnerable. Y muy, muy sola.

En un intento por vencer el miedo y no caer en la desesperación se obligó a recordar sus últimas horas lejos de aquellas cuatro paredes, convencida de que la respuesta a todos los interrogantes la hallaría allí. Lamentablemente, su memoria parecía barrida por un violento torbellino formado por cientos de imágenes difusas e inconexas que no parecían tener sentido alguno. ¿Podía ser que la hubieran drogado y que todavía perduraran los efectos? La jaqueca que sufría, y que parecía ir en aumento, empeoraba la situación, pero hizo un esfuerzo por ignorar las molestas palpitaciones que sentía en las sienes y bajo los ojos y se concentró en el único recuerdo que fue capaz de enfocar dentro de aquel maremágnum: un logotipo de color negro con forma de cabeza de lobo. Intentó retroceder más en el tiempo para ver si podía averiguar a qué o a quién pertenecía y con sorpresa descubrió que, a medida que se alejaba del momento presente, los recuerdos parecían volverse más nítidos, pero aún así no logró sacar nada en claro respecto a la imagen. Pese a aquel primer contratiempo, sintiéndose optimista por primera vez desde que había despertado, volvió a visualizar la cabeza de lobo y, aferrándose a ella con todas sus fuerzas, empezó a reconstruir el recuerdo que existía a su alrededor.

El logotipo estaba en el centro de una tarjeta que le había entregado en mano un mensajero de UPS. En su mente observó al mensajero, un adolescente de rostro anodino y sonrisa boba, hasta que las puertas del ascensor que comunicaba con su apartamento se cerraron por completo. De nuevo a solas, centró su atención en la tarjeta: en ella no había ningún nombre que indicara quién la enviaba, sólo aquella cabeza de lobo que se repetía también en el reverso y que no reconocía. Encogiéndose de hombros pasó el dedo por encima del logotipo y este se desplazó a un lado, activando el holomensaje que guardaba en su interior. Tras un zumbido casi imperceptible, la superficie de la tarjeta se iluminó y el holograma de un avatar del tamaño de un pintauñas, musculoso y con cabeza de lobo, fue tomando forma capa tras capa. Pocos segundos después, cuando estuvo completo, levantó la cabeza para mirarla directamente, se presentó como Argos, del Clan Lobo Negro y, en un tono que no admitía discusión, la invitó a una fiesta VIP que «no debía perderse por nada del mundo».

 Maldiciendo, apartó aquel recuerdo y regresó al presente. Aquello no podía tener nada que ver con su situación. Sabía que nunca, bajo ninguna circunstancia, habría asistido a aquella fiesta estúpida. Si bien era cierto que no recordaba lo que había hecho después de recibir la tarjeta, también lo era que se conocía demasiado a sí misma como para saber lo que no.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ANOTHER GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora