Solos nos encontramos

Capitulo 8

💚Lo siento mujer, no fue mi intención

Robin miro al joven espadachín y con un poco de lastima bajo la mirada

💜No te preocupes espadachín-san, no debes disculparte

💚Si tengo que, no quiero que pienses que soy como el cocinerucho pervertido

💜Sé que no lo eres

Robin se puso de pie pero piso mal y el peliverde la cogió en el aire nuevamente mirándola fijamente a sus enormes ojos

💚¿Estas bien?

💜Si so..

Los labios de Robin fueron callados, el espadachín la había besado

💚No sé qué me ocurre mujer, mi cuerpo se mueve solo

💜Tal vez es el instinto

💚¿Como?

💜Eres hombre y como tal tienes necesidades

💚Sería muy bajo de mi parte quererte usar de esa manera

💜Y si yo quiero hacerlo?

💚¿Qué estás diciendo?

💜Si es contigo estaría dispuesta hacerlo

La pelinegra no entendía porque, pero a diferencia de lo otros hombres que la habían tocado, con Zoro sentía algo distinto

💚¿Estas segura?

Esta vez fue Robin la que beso al espadachín, quien batallaba en su cabeza si sucumbir ante la tentación o seguir siendo ese hombre de piedra para el que el amor era de débiles, sus manos se acomodaron en la cintura de su nakama,  quien a su vez bajaba sus manos por la ancha espalda del peliverde, Zoro alzo a Robin y camino con ella hasta el pastal lleno de flores, con cuidado acostó a la arqueóloga, la que soltó una leves risas por la sensación de sentir el frio pasto en su espalda, El espadachín fue descendiendo por el cuerpo de la ojiazul dejando un camino de besos que provocaban que ella se estremeciera por dentro, Zoro desabrocho el brasier de Robin dejando al descubierto sus bien formados pechos, la pelinegra apenada los cubrió con sus manos

💚Porque te tapas? ya no estas segura de querer seguir?

💜Si quiero. pero me da pena que me veas así

💚No deberías sentir pena, eres muy hermosa

La morena se sonrojo notoriamente, ese era el primer halago que el peliverde le hacia

💚Si sientes dudas podemos parar

Robin tomo a Zoro del rostro y lo acerco para poderlo besar, el espadachín disfrutaba de cada beso que ella le daba, sus labios eran adictivos, sus yemas acariciaban suavemente el cuerpo de la arqueóloga, quien a sus vez hacia lo mismo con el fornido cuerpo del espadachín, al llegar a su parte intima, Zoro retiro la prenda restante y se dio prisa para retirar la suya, de verdad ansiaba estar dentro de ella, la beso nuevamente y volvió a preguntar si realmente era lo que ella quería, la mujer asintió con su cabeza, suavemente el espadachín se fue introduciendo en ella, quien soltó un leve gemido al sentirlo todo adentro, las estocadas fueron lentas mientras sus cuerpos se acostumbraban al del otro, después fue aumentando el ritmo, pero se midió en fuerza puesto que la arqueóloga aún estaba débil y no quería lastimarla, Robín se aferró a su espalda y suavemente le susurraba al oído que lo hiciera más duro, no podía describir lo que su voz extasiada de placer producía en él, Zoro levanto las piernas de Robin colocándolas a la altura de sus hombros y así penetrarla con más profundidad

💜Espadachín-san más por favor

Zoro lo hacía cada vez más rápido, quiso ver el rostro de su amante, lo sorprendió ver que esta tenía los ojos cerrados y de ellos se veían caer algunas lágrimas, sintió el cuerpo de Robin estremecerse, sabía que estaba por conseguir que ella llegara al orgasmo y ya estaba cerca del propio, puso su rostro en medio de los pechos de ella y las ultimas estocadas las dio con más fuerza, Robin tomo el cabello del peliverde entre sus dedos

💜¡¡Zoro me vengo!!

Escucharla pronunciar su nombre lo estremeció... Robin yo también... juntos se vinieron y Zoro se dejó caer encima de ella y la abrazo, espero unos minutos para salir de ella

El joven no supo cómo tratarla en ese momento, él no era muy afectuoso, Robin que había aprendido a conocerlo supo lo que pasaba por la mente del joven, se había arrepentido del momento que acababan de vivir y no quiso hacérselo difícil, total ella fue quien dio paso para que las cosas se dieran así y no era algo nuevo para ella, ser usada aunque jamás se había sentido como en ese momento al estar en los brazos de ese hombre.

Robin le regalo una sonrisa y le dijo que no era necesario que dijera nada. que lo que había pasado en ese lugar se quedaría allí y nadie sabría nada, Zoro solo asintió procedieron a vestirse y nuevamente volvieron a la cueva.