what we are

03

El silencio no actuaba.
Ni hablaba, ni callaba, solo existía.

Solo eran dos personas, sin saber como empezar, mucho menos como finalizar; y el mencionado silencio paseándose entre ellos.

El sol pinchaba los rostros de Taehyung y Bogum, el perfil derecho del último para ser mas exactos, acto que impedía que se lo viera con claridad, y que por suerte de Park, no era observado como sus ojos brillaban no por la luz del día, sino, solo las lágrimas que lo apagaban por dentro.

No supo lo que significaba la sensanción de perder el ritmo de la realidad por alguien, hasta que se ubicaba allí, en el parque, reunido con su ya no tan pareja, donde los ruidos de la ciudad se tornaron mas externos de lo que ya eran, y solo intervenían en ellos las hojas recientemente caídas, las que tímidamente aterrizaban en el cabello de Bogum, y que en cuestión de días atrás ya se las hubiera sacado como pequeño gesto de atención a su pareja, pero que actualmente con suerte le alcanzaba un respiro forzado para tomar el valor.

— O sea que no estuve con vos.

Pronuncia un Park con un tono de muchos carácteres, pero el principal y más notorio, decepcionado.

— Si. Estuve con vos, estuvimos.

— ¿Por qué en pasado? ¿No estamos?

Pero es que Taehyung sabía. Con dolor y todo, lo esperaba. Algún día iban a tener su última conversación. Alguna vez iba a llegar ese momento en el que, sus acciones previas fuesen las últimas. Que sin saber tomaron su última taza de café juntos, vieron abrazados su última película, intenso, como sus últimos besos, pero que se disfrutaron porque justamente fueron sin saber.

Iba a ocurrir, tarde o temprano, tal corte donde dejaban de pensar en un futuro, y solo recordar las diversas cosas que solían decirse. Entre ellas los te amo, que ahora cambiaron su significado, pero no la tinta marcada en páginas anteriores. Ahora dejaron de escribir, pero que se hayan detenido no significa que lo anterior se haya borrado así como si nada.

Ese fin donde daba inicio a lo negativo, como creer que sus recuerdos solo se convertirán en un fantasma, que recorre sin rumbo, sin quedarse en aquello lindo que creyeron ubicar.

Pero algo que no saben ahora, pero sentirán mas tarde una vez pase el tiempo, es que agradecerán el saber como sentirse amado. Porque de ellos no cabe duda. Se amaron, y por eso hicieron lo que hicieron. Y se amaron tanto, que supieron darle fin a algo que debía terminar, antes que termine con ellos en mal modo.

— Vas a odiarme. — Dice Taehyung dispuesto a decirle algo, que sentía bueno para que al menos se quede con algo positivo de él, y no la desgracia de un amor incompleto, que con lo difícil que es encontrar uno correspondido, él lo hacía cuando no estaba dentro de sus opciones su amigo. ¿Amigo? ¿Debía llamarlo así? Aquella tarde, cuando lo vió dentro de la casa de Taehyung, si lo creyó. Ahora sabe que tal término durará tan poco como cuando se aleje unos pasos del parque, de Kim Taehyung.

— Eso nunca...

Taehyung sintió el nudo en la garganta apretarse más, que cuando uno hace eso en un hilo éste al presionarse se achica, pero que en su garganta cubría lo suficiente como para que le doliera, hasta de respirar. No había otra manera para llamar eso que, culpa.

Pero para ello queria remediar levemente, quizá no lo pasado, pero si recordarle que en el presente lo sigue quieriendo y también en el futuro. Queriendo como amigos, no queriendo como él a ese tal Jungkook.

El amor se trabaja, pero no da trabajo.

Es por eso, que Taehyung optó por el dejar fluir. El amar, sin condiciones. Pequeño detalle que marca la diferencia. En permitirse guiar por su corazón, alejar su mente, darse el gustito de aterrizar en Jungkook. Y ser feliz con él, sin esfuerzo extra de por medio. Sabiendo que ese pelinegro era el elegido, y ningún otro, por mas similar que sea, podría tomar su lugar. No cuando se trataba de Jungkook y Taehyung.