La princesa lunar y su joven amor.

cumpliendo su gran sueño

Era un chico completamente diferente a los demás, a pesar de tener  apenas veinte de edad  recién cumplidos, no tenía ningún sueño ni meta por cual luchar. Aunque iba a una universidad prestigiosa, que era pagada por sus adinerados padres, el no tenía ningún interés en sus estudios. Si podía se saltaba las clases, aunque sabía que al regresar a casa sus padres le gritarían por no ser una persona más responsable.

 Sus días eran siempre rutinarios, nunca cambiaba sus actividades, se levantaba casi al mediodía, se duchaba, toma el desayuno, lee un capítulo del libro que este de turno, se va a la universidad, llega a clases, se sienta y lo único que hace durante esas tres horas es mirar por la ventana.

Las clases terminan y se dirige al parque que esta a unas pocas cuadras de allí, se sienta en una de las bancas, se coloca los audífonos y escucha música hasta que la luna sale y es en ese preciso instante, cuando por primera vez  abre su boca para hablar, dejando salir una voz gruesa pero a la vez melodiosa.

-Hola, te extrañe- dice mientras observa con sus azules ojos al hermoso astro plateado que ilumina el oscuro cielo.

-Sabes princesa, ansió estar a tu lado ¿Por qué no puedo hacerlo?-le pregunta a su amor imposible e inalcanzable, la luna.

-Por que aun eres muy joven, mi dulce observador- le dice una muchacha con cabellos y ojos de plata y con una piel tan blanca como la nieve pero brillante como el más puro de los diamantes.

-pero quiero estar a tu lado-le dice el joven desesperado, ya que esa muchacha de cabellos plateados y finos rasgos es la luna, que una de cada tantas noches, baja de su reino en los cielos para consolar el pobre corazón del joven que la ama con devoción y que ella también ama.  Pero que ella al ser la luna, uno de los astros más importantes y él un simple ser humano mortal, no pueden consumar su amor y por esta razón, el joven lo que más anhela es morir para convertirse en una estrella y estar eternamente al lado de su hermosa princesa.

-Todo a su tiempo, tienes que tener una larga y feliz vida- le dice la luna con una cálida sonrisa, mientras le acaricia su mejilla izquierda.

-No me importa mi vida, lo único que deseo es estar a tu lado siempre, eso es la felicidad para mi- le dice el joven, mientras toma la mano que la princesa tenía en su mejilla y se la besa delicadamente.

-Todas las noches que vengo a verte, hablamos de lo mismo mi dulce Endimión- le dice mientras sonríe y le aprieta más fuerte la mano-es hora de irme- dice la luna con una expresión de tristeza en su rostro.

-¿Cuándo volveré a verte?- le pregunta Endimión a su amada, con un tono de resignación.

-Nunca, mi joven amor- le contesta llena de tristeza.

-¿Cómo que nunca? ¿por qué?- le pregunta desesperado.

-Tienes que avanzar, no puedes quedarte estancado, por algo que nunca vas a tener… nuestros encuentro fueron hermosos, pero solamente fueron parte de un hermoso y corto sueño, ahora es cuando tienes que despertar en la realidad, olvidarme y seguir adelante con tu vida-dijo la luna con lagrimas cayendo de sus ojos.

Endimión se acerco a ella y la tomo entre sus brazos. Abrazándola como nunca antes lo había hecho. Ella correspondió el abrazo gustosamente, le encantaba sentir la calidez que su amado le brindaba. Pero todo tenía que llegar a su fin, ella se soltó y alzo la vista para ver por última vez esos ojos azules que la habían enamorado apenas los vio. Ninguno de los dos supo cómo fue que paso pero sus labios ya estaban unidos en un beso lleno de amor, pero con sabor a despedida.

 Y en medio de ese beso, llego el comienzo  del amanecer y la luna tenía que partir para su reino, pero antes le dedico unas palabras a su joven amor.