más allá de la gota

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—Siento dolor, me duelen las piernas y la cabeza. Siento que me puedo caer en cualquier momento.- se queja Mia

—No te preocupes es normal en las circunstancias en las que te sientes, cálmate, ya verás como se te irá pasando. Respira y cuenta hasta diez.

—12345... ¿Por qué me pasan estas cosas? ¿No soy normal verdad?- dice Mia

—Tranquila no te voy a hacer nada...

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Las 8:00 am, todos están colocándose en las filas para entrar a clase, no ha llegado mucha gente a la fila de Mia, espero que siga así, no quiero montar un escándalo.

Al final ha venido más gente de la que tenía pensado, como se compliquen las cosas voy a tener que actuar, me da pena por ella pero...

Entra a clase, se sienta en su lugar asignado y comienza a sacar el material. El profesor empieza a explicar...

-Aaah que aburrido... No tengo nada que hacer y pasa de mi...

Termina la clase y prepara los libros para la próxima hora. Empieza a sentir calor, la cabeza le da vueltas...

-Lo siento pero no quiero pasarme todo el día sin hacer nada.

Sin darse cuenta comienza a moldear sus dedos, poco a poco aprieta los puños y en un abrir y cerrar de ojos se rasca con fuerza el brazo. Nadie se da cuenta, Mia no quiere llamar la atención pero tampoco puede evitar la situación. Una vez que comienza es muy difícil parar.

Siguiente clase. Sigue rascándose, cada vez más y más fuerte. Sigue con los libros de la hora anterior...

-Ya empiezo a notar algo. ¡Siento como se le acerera el pulso!, ¡Cada vez se rasca más fuerte!

-¡Mia!, ¡Para!- grita Laura mientras intenta quitar mi mano del brazo que no paraba de rascarme.

Me quedo unos segundos pasmada, sin ser consciente de la situación y le miro. Tenía una expresión de preocupación, no dejaba de mirar mi brazo ardiente con toda la piel arrancada, yo le apretaba la mano inconscientemente. ¿Le estaría haciendo daño?, Espero que no...

Laura me coge del brazo que no esta dañado y me lleva al baño. -échate agua y vamos a que te pongan algo en eso, ¡Venga!

Le hago caso y vamos a la clase de nuevo para decirle al profesor lo ocurrido. De inmediato me llevan a una sala de rehabilitación del centro para que me vendaran el brazo, resulta de que me había arrancado la piel a base de rascarme.

Más tarde llego a casa, me acuesto en mi cama y me pongo a pensar en todas los cosas por las que pasé este año, lloro... Voy al baño a lavar me la cara, llevo los ojos inchados de tanto llorar, me hecho agua en la cara y me vuelvo a mirar al espejo, no soy yo quien se ve reflejada... No lo soporto, abro uno de los cajones para sacar una cosa y... ---.

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LA GOTA QUE CALMÓ LA SOLEDADWhere stories live. Discover now