Yo te recuerdo

522 57 13
                                    

YO TE RECUERDO

Autora: Clumsykitty

Fandom: Spartacus

Pareja: Nagron

Derechos: los que el César me otorgue.

Advertencias: una historia romántica porque merecemos felicidad, en honor a esta hermosa pareja que se ganó nuestros corazones, al menos el mío. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


*****


"El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada."

Gustavo Adolfo Bécquer.



El joven apretó la cámara fotográfica entre sus manos con más fuerza de la debida ya sin escuchar al animado guía que explicaba con la pasión propia de los amantes del pasado lo que estaban admirando frente a ellos. Había acordado entre cervezas allá en Estados Unidos que un viaje a Italia sería genial, pero más si conocían partes que no solían estar en las rutas turísticas, por lo que consiguieron un guía que les presentó todos aquellos hermosos lugares de la Roma Antigua, incluyendo ese coliseo en el que ahora entraban para admirar. Aquel joven sintió que la respiración le faltaba, como si de pronto pisar esas viejas ruinas en las que prácticamente solo había unos cuantos pilares junto a rocas que alguna vez sostuvieron bancas de madera en las que buenos ciudadanos romanos gritaron a todo pulmón a los gladiadores desangrándose en la arena de duelo.


Mi hermano me llamaba Nasir.


—Espartaco... —musitó apenas con un nudo en la garganta.

—¡Claro, bambino! —exclamó feliz el guía al oírlo— Aquí peleó el famoso esclavo y gladiador Espartaco, nacido en...

Ya no estaba con sus amigos en un tour armado por internet, sino entre tiendas llenas de esclavos y gladiadores huyendo de las huestes de los romanos, entre árboles de troncos delgados con el aroma de la sal y arena llegando a su nariz como la promesa de libertad si alcanzaban la costa. Un rostro le sonrió, lleno de cariño infinito como la voluntad de los dioses, esos ojos temblaron pese a la sonrisa triste por la despedida que se daba.


Mi lugar está junto a ti.


—Hey ¿estás bien? Te has puesto pálido.

—Creo que necesito sentarme.

—Uh, a este le pegó la descripción de las peleas, la sangre no es lo tuyo amigo.

El joven se sentó, respirando hondo para no desmayarse porque todo se movió, de pronto sus manos que estaban enguantadas tenían tiras de cuero gastadas por tantas peleas abriéndose camino rumbo a la libertad. Sus botas militares que sus padres le habían obsequiado eran sandalias de tiras entrelazadas llenas de lodo y sangre. Dijo algo, como pidiendo un cuenco de agua fresca mirando alrededor de las tiendas entre fogatas, leños y niños corriendo ajenos a la angustia de los mayores alrededor. Parpadeó un poco hasta que el rostro de su amiga volvió a él.

—¿Qué dijiste?

—¿De qué hablas?

—No sé qué dijiste hace ratito, no lo entendí.

Yo te recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora