Path of Love [Finalizado]

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GUN

—No te levantes, —dijo Off.

Sentí el roce de los labios de Off contra mi mejilla izquierda. No tenía ganas de levantarme. Gemí en respuesta, alcanzando su brazo.

¿Qué hora era? Recordé que Off necesitaba levantarse temprano para una reunión hoy, pero no quería que fuera.

¿Cuándo me había vuelto tan mimado?

Había pasado casi un mes desde que me había dado su marca de pareja. Cada día con él y las chicas fue una aventura.

—No me tientes a meterme en la cama contigo, Omega —dijo Off.

—Pero te quiero a mi lado, —le dije. De hecho, me quejé.

—Hmm, tentador. Tal vez podría decirle a Tay que se ocupe de los accionistas por su cuenta.

Eso me hizo abrir los ojos. Mi Alfa lucía increíblemente sexy con su traje gris oscuro y su corbata negra. Off sabía que ese traje era mi favorito.

—No, deberías irte, —dije finalmente, cediendo. —No puedo hacer que Tay y esos otros tipos esperen.

—Bien. No te preocupes. Esta noche vuelvo a casa temprano.

—Okey. —Esas palabras definitivamente me pusieron de buen humor.

Ociosamente me pregunté qué me pasaba. Últimamente, había sido más propenso a los cambios de humor. También tenía extraños antojos de comida de la nada.

A Off no pareció importarle mi estado de ánimo volátil.

Incluso las chicas se comportaban más que yo. Sabía que no tenía que levantarme temprano, porque mi papá prometió que pasaría por aquí hoy.

Escuchar un estrépito en la planta baja me despertó. Me froté los ojos y me arrastré fuera de la cama. La risa siguió al choque, diciéndome que no tenía que preocuparme por nada.

Entré al baño y abrí el grifo del lavabo. Salpicarme un poco de agua fría en la cara me despertó de una sacudida. Me lavé los dientes, me di una ducha rápida y luego me vestí.

Abajo, encontré a mi papá, Bam y Bell y Arm desayunando, tacha eso. Estaban almorzando en la cocina. Miré el reloj de pared sobre el frigorífico y tragué saliva.

—¿Ya es mediodía? —Yo pregunté.

—Buenas tardes, dormilón, —dijo Arm.

—¿Por qué sigues aquí? —Refunfuñé.

Me estaba burlando de él, por supuesto. Arm sabía que él y Singto eran bienvenidos aquí en cualquier momento. Off se había sorprendido un poco de que Arm todavía no se hubiera ido a lugares desconocidos, pero en mi opinión, Arm solo quería estar más cerca de su familia.

—Aquí tienes, hijo —dijo mi papá, entregándome una taza de café.

Me di cuenta de que estaba mirando la cafetera durante unos segundos.

—Gracias, Papá. —Tomé un sorbo e hice una mueca ante el sabor amargo. No importaba. Claramente, necesitaba mucha cafeína hoy.

¿Por qué me había sentido tan lento esta mañana? Ahora que lo pienso, cuando Off se fue ayer, vomité. Pensé que había comido algo podrido, pero nadie más en la familia se había enfermado.

Las señales estaban todas ahí. Los antojos de alimentos. Cambios de humor. Náuseas matutinas.

Me congelé, mirando mi taza. ¿Estaba embarazado? Off y yo ni siquiera habíamos hablado de niños. Bam y Bell ya eran un puñado.