Parte Tres

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Cuando Rogers sintió el suave colchón abajo de su espalda supo que se dejó llevar por el deseo y la tentación.

Su jefe estaba bien acomodado entre sus piernas y quitándose la ropa de manera sexy. Él aún conservaba sus pantalones de vestir.

El miedo a que alguien viera su cuerpo, se desvaneció. Tony lo hacía sentir tan adorado y deseado.

Steve rozó el pecho musculoso con las yemas de sus dedos a la par que el otro desabrochaba su pantalón y quedaba desnudo.

Tony sacó sus pantalones rapido y masajeo su pene erecto. Al buscar el lubricante vió el atisbo de inseguridad en el espía. Inseguridad de ser un amante más y que otros entrarán a la preciosa cama del genio.

Apoyándose sobre sus codos para no aplastar a Steve. Le susurró:

—Hace 5 meses, puse los ojos en ti. Hace 4 mi yo de hace 8 añoss intentó matarme.

Hace 3 que sé que eres un espía. Hace 5 que nadie está en mi cama. Steve, has cambiado mi perspectiva de perfección.

Sonrojandose Steve.

Tony le dio un beso pequeño antes de huntar el fluido viscoso en su entrada. Con suma delicadeza metió un dedo, le sacó un gemido al rubio.

Luego otro con un gemido más largo y lastimero.

En poco tiempo de preparación, ya estuvo en su interior embistiendo sin descanso.

El perfectamente imperfecto, Steve Rogers. Que amor de persona.

Steve gime tan fuerte que está seguro que se escucha en todo alcatraz.

Nunca experimentó algo asi.

Cuando su espalda de curva y su gemido es más sonoro, sabe que ha llegado a su climax y su expresión es suficiente para que el otro tambien lo haga.

Finamente lo ha colocado entre sus brazos. Ha seguido dándole besos por donde las sábanas no lo cubren.

—Te lo dije Steve Rogers. No te escaparás de mi nunca.

Por que Steve, lo ha disfrutado tanto...

FIN

Only you, Steve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora