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Varios días habían pasado desde la pequeña pelea de Orion y Harry, las vacaciones de navidad había pasado y las clases volvieron a la normalidad.
– Orion... – Harry llamo la atención de la rubia
– ¿Que quieres Potter? – el Gryffindor fue hasta Orion y se puso enfrente de ella
– lo siento – dijo arrepentido – me comporte como un idiota, estas en todo tu derecho de odiarme y no perdonarme – Harry suspiro – en serio lo siento, ¿me perdonas?
– claro, pero solo si me ayudas con algo – dijo Orion, encogiéndose de hombros
– tienes todo el derecho de no perdonarme pero... – Harry se quedo en silencio – espera... me perdonaste así de fácil
– si... mientras me ayudes con mi problema eso ya es agua pasada – Orion sonrió – que conste que no me disculpare por haberte gritado te lo merecías
– ahhh, por supuesto – Harry seguía viendo a Orion – de verdad no estas enojada?
– no – Orion miro a Harry seria – antes si estaba muy enojada, pero entiendo lo que te llevo a reaccionar de esa manera y ahora que mi cabeza ya se enfrió no te guardo ningún rencor
– gracias – dijo Harry
– pero me tienes que ayudar – recordó Orion
– claro – Harry frunció el ceño – casi lo olvido, el profesor Lupin me enseñara a alejar a los dementores y dijo que también podías ir
– genial – Orion sonrió – bueno, entonces me ayudas a hacer galletas, necesito muchas para Daphne y para los demás Slytherin– Orion sonrió – son como el monstruo come galletas y también tengo que hacer galletas de soborno
– ¿soborno? – pregunto Harry curioso mientras comenzaba a caminar junto a Orion hacia la cocina
– tengo algo que preguntarle a Dumbledore – comenzó a contar Orion mientras iban a la cocina – a él le gustan mucho las galletas de limón así que confío en sobornarlo con galletas
Harry dejo salir una risa fuerte.
– ¿crees poder sobornar a Dumbledore con galletas? – Orion sonrió de lado
– las galletas pueden curar todos los males y unen a las personas – Los chicos llegaron a la cocina y entraron – las galletas son alimento divino y no hay nada en este mundo que no logren
Harry comenzó a reír mas fuerte por la forma tan extraña en la que Orion hablaba sobre las galletas.
Los dos chicos prepararon todo para empezar a cocinar, para sorpresa de Orion, Harry era muy buen cocinero, Harry le contó a Orion como sus tíos lo obligaban a cocinar y que por eso se le daba bien.
