Capítulo I-

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1

Alguien estaba llorando...
La luz de la luna bañaba su rostro...
El agua de la bañera, antes tibia, se había enfriado ya...
El ambiente tenía un olor similar al hierro...
De los cortes emanaban hilos de sangre que teñian el agua de color escarlata...
Lo sentía tanto, ni siquiera recuerda por qué lo hizo. Había tanta felicidad en su vida como para acabar con ella, extrañaba sentir esa emoción, ahora no era más que un espíritu insensible...




2

Se levantó de la bañera. A juzgar por la poca luz que entraba por la ventana era inicio de día, una mañana lúgubre en aquella habitación. Ese día, especialmente ese día, el baño parecía demasiado oscuro y frío, parecía, ya que no sentía nada de ausencia de temperatura bajo sus manos. Las baldosas blancas bajo sus pies descalzos estaban sucias, hace mucho que no limpiaban el lugar, si tan sólo estuviera viva habría dejado las huellas de sus pies sobre el polvo mientras se dirigía a la salida. La puerta del cuarto de baño estaba abierta así que llegó a su habitación la cual estaba a continuación, no reparó en nada puesto que quería bajar y ver cómo estaba todo, necesitaba hacerlo.

La puerta de su habitación estaba lo suficientemente entreabierta para que su cuerpo pasara sin problemas. Lejos de sentirse triste era como estar en su día a día, salvo que a su alrededor todo parecía ser diferente. Encontró a sus padres sentados frente a frente, estaban comiendo en la mesa del comedor, el desayuno estaba servido.  Su madre estaba frente a su computadora portátil escribiendo en el teclado con una mano y con una tostada con mermelada en la otra. Su padre tomaba una taza de café mirando por la ventana, ni siquiera se veían, no hablaban, el amor que había entre ellos había sido reemplazado por un deprimente desinterés. Una extraña sensación invadió a Mallory, no podía decir que fuera tristeza, ya no podía sentir nada de eso, pero algo dentro de ella deseaba saber si a alguien le había afectado su muerte. Pero no, sus padres estaban igual que siempre, algo serios pero sin ninguna cara triste, ninguna lágrima derramada.

Tampoco es que deseara provocar tristeza a sus padres_ aunque suene irónico después de suicidarte_ pero al menos la preocupación por alguien, que se va de tu lado para siempre, se demuestra llorando. Imaginaba que todo había ocurrido hace unas horas atrás, ya que recuerda estar recostada en la bañera y ver la luna por la ventana del baño, si era así, el panorama debía verse de forma distinta, incluso pensó en ver algún policía hablando con sus padres. Aunque si esto era cierto, ¿cómo podría estar tan sucia su habitación si todo había ocurrido apenas la noche anterior? Tenía muchas preguntas.

Se acercó a su madre e intentó tocar su rostro, pero ella no lo notó, sus manos fantasmales no podían tocarla. Suena extraño si es que Mallory se lo hubiera dicho a alguien, pero intentó mover una silla para ver si sus padres verían como un objeto se movía por si solo, pero era como si la silla fuera muy pesada, no la movió ni un milímetro por más que utilizó su fuerza. _Al parecer aún no tengo ese rango superior de fantasma, rió por ese pensamiento, conclusión: no podía mover objetos.

No tenía caso quedarse viendo aquel escenario lamentable, así que subió las escaleras hasta llegar de nuevo a su habitación, sus pasos no crujieron bajo la madera como antes. Inspeccionó todo, sus libros estaban intactos, sus fotografías tenían una capa de polvo sobre el vidrio y sus velas de decoración marcaban círculos limpios sobre una superficie llena de polvo, al parecer debió pasar al menos un mes desde su muerte, ella siempre había limpiado su habitación muy seguido. Vio su armario, había suéteres de colores, camisas de franela, un pantalón rojo, jeans, blusas, nada fuera de lo normal salvo que no te gustara usar ropa de colores. Quería usar su suéter favorito, pero en la dimensión donde ella estaba ahora las cosas no funcionan como en los dibujos animados, no podía sacar el espectro de un objeto para usarlo dentro de su dimensión. No era que estuviera flotando, ni siquiera traspasaba objetos, jamás imaginó que así sería ser un fantasma. Observó las paredes de su habitación, estaban decoradas con pósters, y un gran calendario hecho por ella donde anotaba todas sus fechas importantes, le gustaba ser organizada. Sobre este se señalaba con marcador púrpura _con olor a uva según recordaba_ el año en que se encontraban, decorado con más colores por supuesto. Comenzó a leer aquellos eventos importantes que ella había anotado en vida: salidas con amigos, almuerzos en familia, exámenes importantes, nada fuera de lo normal en una adolescente que se preocupaba por no olvidar nada. Ella misma se asustó al pensar que podría hacer anotado la fecha de su suicidio, _un nivel de organización muy alto, pero no, había fechas hasta acabar en calendario y no había nada similar a este hecho importante. Eso le hacía creer que lo que provocó su propia muerte fue algo imprevisto. Sacudió su cabeza, no tenía caso pensar en resolver aquello, no es que volviera a la vida cuando lo descubriese, aunque le gustaría recordarlo al menos. Continuó viendo el lugar, como si nunca se hubiera ido.

Mallory está muerta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora