Capitulo II-

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1

Ya había tardado mucho. Había un sentimiento de inquietud, un instinto. Abrieron la puerta del cuarto de baño. Su madre gritó, era una escena escalofriante. Sus ojos estaban vacíos, aquel color marrón intenso ahora se veía apagado. La habitación estaba fría, llamó al padre. Ambos lloraban. La ambulancia llegó. La puerta de la habitación quedó entreabierta, y así quedó hasta el día de hoy.



2

Pasaron dos años, sus padres llevaban dos años de luto. Eso explicaba muchas cosas. Ellos no habían querido sacar las cosas de su habitación, aún cuando había pasado tanto tiempo el lugar seguía exactamente igual. ¿En que etapa del luto estarían? ¿Negación? ¿Ira? ¿O ya habrían aceptado la realidad?

Dos años. No dejaba de pensarlo. Eso quería decir que ella ya debía de haber cumplido diecinueve años, pero seguía atrapada en su cuerpo de diecisiete, tampoco es que hubiera mucha diferencia. A estas alturas ya sería mayor de edad, habría salido de la escuela y podría estar dedicándose a lo que siempre soñó, que era...¿a qué quería dedicarse una vez que saliera de la escuela? No lo recordaba. Uf, se estaba cansando de todo esto. ¿Desde cuándo era tan fácil olvidarse de todo? _desde que estás muerta.

_Piensa Mallory, estaba relacionado con el trabajo de tus padres, querías ser igual a uno de ellos, pero ¿a cuál? ¿Mamá o papá?

Suponía que ya tenía su nueva misión, o al menos algo que hacer este nuevo día. De eso se trataba, suponía, buscar lugares y recuperar recuerdos, esperaba estar en lo cierto. Muchas cosas que hacer y habría que empezar por aquí. ¿Pero como averiguaría el trabajo de sus padres? Fácil, los tendría que seguir al trabajo.

Abandonó su escuela. Pasó junto a un grupo de alumnos, y extrañó volver a ser una estudiante más. Ya se habían comenzado a encender los postes de luz de la calle. Al menos recordaba el camino de vuelta a casa. Atravesó un parque de árboles naranja y llegó hasta la calle principal.

...

El vecindario estaba apagado ya. Los niños se habían ido a dormir y el señor Harry había cerrado su negocio de caramelos. Volvió a su casa de noche, habían un par de luces encendidas y ya todo estaba cerrado, aunque no hubiera mucha diferencia de esto con el día. No tenía como acceder a la ventana del baño en el segundo piso, y todas las otras ventanas estaban cerradas, creía que sus padres debían considerar ventilar seriamente el lugar. Imaginaba que su casa, que antes tenía un aroma dulce, ahora debía oler a humedad y encierro, debía de tener un aire denso, todo aquello que siempre odio en un hogar. ¿Ellos se sentirían cómodos viviendo así? Ese tipo de cuestionamientos aumentaba aún más su inexistente sentimiento de depresión. Si tan sólo lo hubiera meditado más, ¿en qué estaba pensando esa noche? ¿no imagino las consecuencias que esto tendría?

Con todas las dificultades, tendría que dormir afuera, si es que podía dormir. No sentía ningún tipo de temor de quedarse en el exterior, es mas, las estrellas le hacían sentir en completa tranquilidad, era como si siempre hubiera querido formar parte del cielo nocturno, brillar igual que una estrella aunque esta hubiera muerto hace miles de años. La oscuridad la cubrió, sus padres apagaron las luces  y ella se recostó sobre el pórtico de su casa mientras contemplaba el cielo. Las flores a su alrededor se mecían con la brisa. Así pasaron las horas sin que ella lo notara. El amanecer se hizo presente y la luz solar le dio algo similar a una calidez en su rostro, se sentía agradecida por ello, podía sentir algo después de todo. El sonido de unas llaves en la cerradura de la puerta la sacó de su estado de concentración. Alguien comenzó a abrir la puerta principal, era su padre, iba viendo su reloj mientras se ajustaba las gafas en el puente de su nariz. Si él era el primero en salir suponía que tendría que averiguar su trabajo primero. No sabía exactamente en que le ayudaría saber el trabajo de sus padres, pero al menos tenía algo que hacer en lugar de vagar por el mundo. Antes de que tuviera mucho tiempo para pensar su siguiente acción su padre se subió a su auto y arrancó precipitadamente. Eso significaba que él iba a llegar tarde y estaba en un intento desesperado por llegar a tiempo. ¿Ahora qué?

Mallory está muerta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora