𝐁𝐄𝐄𝐓𝐇𝐎𝐕𝐄𝐍 ||Jia HanYu|| 𝐄𝐩. 𝟐

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La Pared De Los Dibujos Y El Claro De Luna

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Pasaban las semanas y _____ todos los días era invitada a pasar un rato en la casa de los Jia, sin embargo no todos los días se hacía presente por algunos motivos. 

Durante esos días HanYu practicaba más y más quería que tanto ella como su madre se sintieran orgullosas de él. Y _____ lidiaba con los gritos y regaños siempre presentes en su casa. 

Todos la conocían por ser alguien alegre y dispuesta a ayudar siempre a quien estuviera a su alcance, pero lo que no saben es que trata de encontrar su felicidad en el rostro de alguien más. Sus padres son una pareja que desde hace bastante tiempo está al borde del divorcio, se la pasan el día entero discutiendo sobre cosas sin importancia alguna "La gasolina volvió a subir" "¿Y que esperas que haga?" comentarios tan simples que desencadenan gritos resonantes por todo el vecindario y vidrios rotos. 

Por las mañanas temprano trabajaba, no era realmente indispensable, pero con 14 años esperaba ser independiente de todas las personas posibles. A medio día iba a la escuela, y saliendo de esta comía en la cafetería de su abuela a la vez que hacía tareas, para después pasar dos horas y media en la academia de música. Todo el tiempo posible fuera de casa. 

Pero al final del día su sonrisa se desplomaba justo en la entrada de su casa. Entraba mencionando la frase diaria "Ya llegué" como siempre, sin obtener respuesta. Dejaba su suéter en el perchero de la entrada, sus zapatos en el piso, atravesaba la casa para llegar a la puerta trasera viendo en el camino a su padre bebiendo con la vista en su celular y a su madre hablando por teléfono con sus amigas caminando de un lado al otro de su habitación y haciendo sonar sus tacones de charol sobre el blanco piso. 

Salía y subía por aquella escalera en forma de espiral algo oxidada que la llevaba a un ático de 4 m² que sus padre a duras penas la dejaron convertir en su habitación. Era un sitio oscuro gracias a esas cortinas negras, con paredes conformadas por un tejado de dos aguas pintado de gris que era decorado por ella con un dibujo que pintaba cuando algo importante ocurría, y como han de deducir el chico sordo del piano no podía faltar en ella, de hecho los dibujos en ese sitio referentes a el eran múltiples debido al impacto que había tenido en _____ en estos meses. 

Pero en una esquina de la habitación había un tramo de pared con la pintura caída y algunos escombros en el piso. Surgió la costumbre de golpear esa pared cada que sentía que no podía más, razón por la cual sus nudillos tomaban un tono rojizo que cambiaba en ocasiones a morado. Por más que cueste creerlo, no le dolía tanto como muchos pensarían. 

Así es, su vida es una mierda. Sin embargo Jia HanYu le dio motivos para pensar que no estaba perdida, le dio razones para sonreír como hace tanto no lo hacía. 

Admitía que sentía algo por el chico de mejillas regordetas que amaba tocar el piano.

Pero ¿Y HanYu? 

Un chico con una pasión, amaba tocar el piano y no le era posible por la "maldición que le fue dada al nacer" como el lo pensaba. 

Su madre era una buena mujer que no buscaba más que la felicidad de su hijo, y que finalmente encontró algo que lo vuelve feliz; tocar el piano, y esa niña de ojos peculiares y nudillos rojos que aún que nunca había experimentado el amor, amaba a su hijo de la forma más pura del mundo, esa chica que tenía el mismo propósito que ella... 

¿Cómo lo sabe? Pues la pequeña _____ parece encontrar en ella la confianza que no tiene en el resto del mundo. 

—_____ ¿Podemos hablar?

—Si... ¿Sobre qué? 

—Pues, quisiera saber tus motivos. 

—¿A qué se refiere? 

—¿Por qué razón no te importa ir sola por la noche con tal de que HanYu no se sienta solo porque te vas? 

Ella no supo que contestar al principio, pero luego su confianza salió a flote. Después de todo, alguien tenía que saberlo si no quería que sus sentimientos la ahogaran. 

—Pues... me gusta estar con él. Me gusta sonreír, pero no tengo razones para hacerlo, o bueno, no las tenía hasta ese día en que levanté mi vista y lo vi ahí, el es mi razón, no me importa caminar en la oscuridad si su mundo se llena de luz y... 

—¿Estás enamorada de él?—por más personal que pudiera ser la pregunta tenía la necesidad de responder. 

—Así es.

—¿Por qué no se lo dices? 

—Tengo muchas heridas y cicatrices, me da miedo de que él se asuste al verlas.

—Él también las tiene, por todo el cuerpo, pero gracias a ti todas se han ido sanando y estoy segura de que gracias a él, las tuyas también lo hacen. A el tampoco le importa caminar en la oscuridad. Es más; es capas de entrar en ella solo para sacarte de ahí y que ambos puedan tener luz. 

—¿Por qué me cuenta esto? 

—Porque anoche lo encontré escribiendo, jamás lo hace así que supuse que sería algo importante. Me mostró una libreta, parecía apenado sin embargo le la tendió. No sabe como decirte esto—_____ miró algo que se movió en la ventana descubriendo a su gege intentando cubrirse rápidamente con las cortinas— Eres el claro de su luna...

Tales palabras la hicieron sonrojar. No hubiera esperado declaraciones de su parte pero admitía que estaba feliz.