Tras sentir las mariposas en el estómago aquel día empecé a tener miedo, cuando más cerca estaba y más sentía que quería estar con ella más temor tenía de lo que pudiera pasar.
Empecé a distanciarme a contestar cada mucho tiempo, y aunque tuviese ganas de acercarme a ella no me dejaba hacerlo a mi mismo porque tenía miedo de volver a aquel infierno.
Ella quería conocerme, yo también pero tenia miedo de hacerle y sobre todo que me hiciera daño. Había conseguido cerrar puertas de mi infierno y estaba comenzando a sentir que volvía a tomar las riendas de mi vida y que ya, no me encontraba cabalgando a lomos de un caballo desbocado sin rumbo ni destino, luchando por no morir en el intento.
Ahora tras haber pasado todos estos infortunios, esas idas y venidas esos quiero pero no puedo me alegro de haber tenido los cojones de haberle hablado.
Llego nuestro primer beso, y es algo que jamás voy a olvidar por como fue y su contexto. Habíamos dejado de hablar y me dijo de quedar para hablar las cosas si quería, algo me dijo que fuese yo con semblante chulesco fui, quedamos en las escaleras cercanas a la iglesia del pueblo, a las 22:30 no pasa apenas gente a esa hora por allí por lo que es un sitio muy cómodo para hablar.
¿Le dije que quieres hablar? Ella contesto:
"A..aver Cristóbal a mi me gustas de verdad"
Y al oír eso empezó algo a temblar dentro de mi estómago empecé a sentirme extraño y ese día, en ese sitio y ese instante nos besamos.
Si, dos ateos que su primer beso se lo dan al lado de una iglesia, algo muy hipócrita.Después de esto vivimos mucho en septiembre dejamos de hablar, septiembre siempre ha sido mi mes de la mala suerte, es como el infierno, aunque para conocer mis infiernos debemos retroceder.....