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-Pasen, les traerë cafë caliente, siëntense y no toquen nada, no me tardo- Hablö en ese entonces el dueño de aquella cabaña en medio del bosque a lo que con cierta desconfianza entraron y se sentaron en uno de los sillones de la sala pricipal.

-Andy no debïmos venir....es decir no confio nada en ese tipo y tü hasta una gomita le diste- Susurraba el bajista.

-¿Quë mäs le hiba a dar? No së si quiera en dönde estä mi billetera y mis bolsillos estän vacios, y funcionö, nos estä ayudando-

-Si, ¿Quë tal si nos ayuda por algo mäs que una gomita?-

-Bueno, y aquï estän sus tazas- Llegö el anciano entregändole una taza a cada quiën sentändose en frente con la mirada fija en ambos. -Bien, y ¿Quë hacïan sölos en medio de la nada?-

-¿Quë hacïa usted en medio de la nada?- Hablö a la defenciva el bajista.

-Tambiën estoy descofiando de ustedes chico, y me estoy arreisgando al traerlos a mi casa-

-.........lo siento, es sölo que..¿Porquë?-

-Porque cuändo llegue aquï tambiën hubiera querido que me ayudarän y ese es  uno de los puntos de la vida trata cömo te gustarïa ser tratado y ayuda sin esperar nada a cambio- respondiö simple con su acënto de vaquero dejändolos con cierta sorpresa ya que ni uno de los dos esperäba tal respuesta.

-Gracias, es agradable haberlo conocido- Sonriö Andy una vez que terminö de observar la casa.

-¿Quë hacïan allä afuera?- Apuntö Slyde con el dedo ïndice a ellos y despuës a la puerta.

-Bueno unos amigos...si es que se les puede llämar asï, nos dejaron allï- Hablö nuevamente Sami.

-¿Porquë?-

-Por....uhh apuestas.....-

-A mi no me engañan chico- negö con la cabeza. -Por las caras que traen parecen tener resaca, ya vivï mi vida, y tengo 50 años cömo para que unos niños quieran engañarme diciëndome eso- Mencionö a lo que Andy hiba a responder de no ser que Sami le cubriö la boca con su mano ya que sabïa que si lo dejaba hablar terminarïan de nuevo en la calle.

-Estä bien, es cierto, nos dejaron ahï anoche despuës de una fiesta-

-Me pasö algo parecido una vez, pero recuerdo que me dejaron en una prisiön-

-¿Porquë no nos cuenta de usted? Para conocermos mejor.....

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-Te quedö bien, debo admitir que cocinas bien ¿Porquë no lo haces mäs seguido?- Hablö sonriente el baterista ya que habïan terminado de comer apenas.

-Gracias pero no lo harë tan seguido, hay que respetar los turnos de la casa, el lunes Nasse, el martes Sami, el miercoles yo y tü y Andy...ponen la mesa y si no ordenamos- Riö levemente ya que ni ël se habïa aprendïdo bien los turnos notando que el pelinegro se le habïa quedado embobado por lo que le chasqueö los dedos en la cara haciëndolo reaccionar. -¿Todo bien?....-

-¿Uh? Sï, si lo siento esque tienes sucios los dientes- Riö para cambiar el tema notändo la reacciön avergonzada del vocalista quiën räpidamente buscäba un espejo para quitärse los residuos.

-¿Ya no tengo nada?- Volviö a mirärlo mosträndole sus dientes.

-No, ya no-  Sonriö mirändolo de reojo ahora ya que sabïa que si lo seguïa mirändo asï el rubio se darïa cuenta de lo que le sucedïa y segün ël, su amistad terminarïa muy mal.

🌟🖤𝐻𝑎𝑛𝑜𝑖 𝑅𝑜𝑐𝑘𝑠 𝑖𝑛 ℎ𝑜𝑚𝑒🖤🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora