¿La presa del dragón o el dragón la presa?

El dragón estaba, como siempre, tranquilo tomando Sol en una de las Azaleas del jardín de los Tarnis. Desde que habían talado el bosque unos meses atras se había refijiado allí. Era pequeño, pero para él con una simple hojita al Sol era suficiente.

Se dispuso a dormir su habitual "siesta matutina" cuando la sombra de un gigante lo tomó por sorpresa y lo apresó dentro de una pecera. Cómo odiaba la obseción de los humanos por capturar "insectos". Facilmente el dragón podría haber volado fuera de la pecera y escapar, pero el humano la había cerrado con una tapa.

Varias veces el jumano usaba al pobre dragón como mechero o fósforo para encender el fuego de la cocina. Solía apretarle sin mucha delicadeza la panza para que escupa fuego. En varios intentos por escapar había tratado de morder al humano, aunque sin éxito debido a que sus pequeños dientitos no siquiera razgaban su piel.

Y así transcurre la vida del dragoncito, sirviendo de mechero de vez en cuando, viviendo en una pecera pero gozando de sus siestecitas al Sol cuando este entra por la ventana.