Me desperté de golpe, era un día lluvioso, - ¿qué hago aquí? –dije aterrorizada, después grite. Un chico un poco moreno, alto y musculoso estaba dormido en una silla al lado de mi cama, se despertó por mi grito –Tris, ¿estás bien? – pregunto algo asustado. – ¿Quién es Tris? – pregunte indecisa.
Me ignoro y se salió de la habitación, pero a los pocos segundos volvió con algo parecido a un doctor. – ¿Cómo te sientes? – me pregunto. – Me siento bien – respondí.
El doctor miro al chico que estaba hace poco dormido cerca de mi cama y le sonrió, este, me intento abrazar y lo esquive, - ¿Qué te pasa? – pregunte de mal genio. El me miro confundido y después al doctor; el cual me empezó a preguntar cosas que no supe responder.
- Alto, ¿qué hago aquí? – pregunte cuando me terminaron de hacer el cuestionario.
- Saltaste de un tren, caíste mal y te pegaste fuerte en la cabeza, estas en la sede de Erudición – dijo el doctor revisando mi cabeza – Ya estas mejor, pero estas sufriendo una secuela, de pérdida de memoria; por eso no te reconoce Cuatro – dijo mirando a… ¿Cuatro? ¿Cómo el numero?
Este empezó a llorar, se empezó a volver loco y tuvieron que ponerle una inyección, lo mire con lastima. ¿Quién será el?
El doctor se fue y me di cuenta de que estaba conectada a muchas maquinas, comencé a desconectarlas y estas emitían un sonido ensordecedor, empecé a ver borroso, - Cuatro – susurre.
