*Narra Rayita*
-Quiero irme.- Dijo mi novio-tendederodebolsos. Cargaba unas 15 bolsas con cosas mías, y yo cargaba las bolsas de la pequeña Lucy, si, habiamos comprado bastantes cosas para ser solamente dos chicas.
-No sean quejica, que te vuelves mujer.- Admiti. Este frunció el seño y la pequeña carcajeó.- Vamos a la salida y nos vamos.- Este exclamó de felicidad atrayendo la vista de muchas personas. Siempre y en todos momentos hacia pasar verguenza con sus reacciones, las personas nos miraban y murmuraban entre ellas, realmente no quería saber que estaban hablando.
-Sabes, desde que te conocí has perdido todo el acento argentino posible, te has vuelto una de nosotros.- Hizo una mueca de llanto y la pequeña llevo su mano al pecho, como una muestra patriotica o algo así. Era una locura lo que decía, en ese momento refute.
-Callense los dos, boludos. Que yo sigo siendo argentina.- Lucy negó.
-Nop.- Hizo una mueca un tanto infantil, como para una futura madre, aunque ¿Quien la juzgaba?
-Que si.
Cristian dio un grito no muy varonil mientras tiraba todas las bolsas con ropa y variedades al suelo, lo fulmine con la mirada mientras él se disculpaba.
-Había una cucaracha, perdón.- Rodé los ojos, y Lucy suspiró.
-¿Como esta Gabi?- Inquiri, esta giró su cabeza en mi dirección.
- Bien, consiguio trabajo muy buen pago, así que estamos viendo de comprar un auto antes de que nazca.- Mi novio solto un pequeño 'aw', le propine un golpe en el estomago.
**
-Ve tu, yo bajaré las cosas.- Informó, inmediatamente y sin las minimas intenciones de ayudarle baje de un salto del coche.
Empecé a caminar hacía el departamento, el mismo pasillo frío que tantisimos recuerdos me traía, y como siempre el señor futuro tiene que darme un buen golpe.
Erika. La misma, ella, y yo muy contenta de no verla por un buen tiempo tiene que aparecer con sus grandes caderas. Estaba intentando abrir la puerta, no podía, paré mi paso intentando de que no me viese, no quería que viera mis cicatrizes, quería olvidarme de todo su mal, ya que el mal estaba el ella. Pero no, volteó hacia mi dirección, inmediatamente empece a caminar con la cabeza mirando al frio suelo.
-¡Au! ¿Que te paso? Me contaron que perdiste la memoria, ¿acaso tu novio no te cuido lo suficiente?.- Apreté mis puños y seguí mi camino ignorandola.- Y justo ahi viene, ¿Te molestaria si le doy una muestra de cariño?- Eso, fue mi limite. Habia surcado muy hondo. Me giré, y di unos pasos acercandome a donde ella se encontraba.
-¡¿Que quieres?! Que quieres de nosotros ¡Desaparece de la vida de ambos!.- Mi novio soltó todas las bolsas y corrió hacia mi, ella tenía una sonrisa burlona en su cara.
- ¿Que quiero? Que tu vida sea miserable, eso quiero.- Su respuesta me había sorprendido de sobremanera, sabía que era mala, pero no a este punto.
-¡Mi vida es perfecta! Tengo todo lo que quiero, tengo un novio, tengo un hogar.
-: ¡Tu madre no te quiere!- Bajé mi cabeza. Y esta se acerco mas a mi.- Miles de chicas no te quieren, muchas fan de tu novio te odian y te quisieran ver muerta, y creeme que yo también.
- ¡Ya basta!- Mis ojos se aguaron, pero no iba a llorar en frente de ella, sus palabras me dolieron, ya que era por una parte sierto.- Estoy harto de escucharte, en todos lados estas tu, dejanos...- El siguió hablando pero yo no escuchaba nada, estaba en shock. Muchos recuerdos, la mayoria malos llegaron a mi.
Instantáneamente empecé a correr, rápidamente abrí la puerta y me encerré en mi propia casa, deslize me espalda por la puerta de madera hasta quedar sentada en el suelo. Las lagrimas surcaban sin parar mis mejillas.
-: ___ ¡Abreme la puerta! Por favor.- Ya no escuchaba nada, me levante, ignorando todas las suplicas de Cristian por dejarlo entrar. Busqué la puerta del baño y me adentre en el mismo. Alli sus gritos no se escuchaban.
¡Era verdad! Miles de chicas me odiaban, mi madre me odia, Erika me odia. ¿Y si esto no va mas? ¿Y si yo con Cristian es el problema? ¿Que pasaría si todo terminara aqui? Suspire pesadamente, intentaba parar ese sollozo, para no parecer mas inmadura pero no podía, era casi imposible poder parar el llanto. La verdad era que las palabras de Erika me habian dolido, y tenian toda la razon, nunca fui totalmente querida. Y quizas nunca lo seré.
**
Empecé a abrir los ojos, pense que me había quedado dormida en el frio suelo pero no, estaba en nuestra cama, con Cristian a mi lado acariciandome el pelo.
-¿Como entraste?- Este sonrió levemente al escuchar mi voz ronca.
-: Por la ventana. Demasiados juegos.
Cambié mi expresión, a la misma de hace unas horas. Este dejo de acariciar mi pelo para mirarme con cierta pena, si, era odioso que hicieran eso, pero en momentos como estos ayudaba mucho.
C-No te pongas asi, ella no sabe lo que dice, hay muchas personas que te quieren, ella es la única que no lo hace, tu madre por mas de ser así, por dentro te ama. No se como Erika se enteró de todo esto y realmente ni quiero saberlo, pero ella no esta en lo correcto. Yo te amo, Lucy, Aly y muchas personas mas te quieren. Julian...- Suspiró.- Te ama, y lo se, lo sige haciendo. Los challas te quieren, muchas personas te quieren, no tienes porque ponerte asi.- Un brillo bastante peculiar habia en sus ojos, solo le faltaba una musica triste de fondo y teniamos una pelicula.
-Gracias.- Murmuré, este volvió a sonreír y besó mi cabeza.
-: No puedo verte triste, me hace mal verte triste. Quiero verte sonreír, saber que eres feliz. Ahora a dormir, yo hare la cena.- Enarque una ceja.- Bien, yo comprtare la cena.- Se separó de mi y caminó fuera de la habitación, cerre mis ojos y suspire pesadamente. Ese ataque de tristeza ya había pasado, todo gracias a mi novio el cual siempre y en todo momento esta alli para mi, sin importarle nada.
**
Volvi a despertarme, pero no por Cristian, si no por mi móvil, el numero que llamaba era totalmente desconocido para mi, bosteze, pensaba en responder o no, quizás fuera Erika o alguien así, o quizás fuera alguien importante que simplemente no lo tenía en contactos, sin mas dudas tomé el pequeño aparato que descansaba sobre la mesa al lado de mi cama y conteste.
- ¿Hola?
-¿___?- Prengunto esta voz, era un hombre, eso sí podía asegurarlo.
-: ¿Si? ¿Quien eres?
-Soy Julian.-
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Fue Cosa del Destino-Xoda y Tu
FanfictionUn viaje llegaría a su vida. Una invitación también. ¿La suerte lo es todo? Aún que, el destino cumple un papel muy especial en esta historia la cual puede llegar a ser un poco extraña para quien la lea. Pero dejando de lado todo, al fin y al cabo e...