Prólogo: Una diosa problematica

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Últimamente estuve en diferentes situaciones de las cuales, como es de costumbre, terminé involucrado e incluso punteado.

-Ah… Me encantaría pasar mis días sin hacer nada, pero… eso será imposible.
Beberé algo en el gremio y luego pasaré por la tienda de Wiz.

Aunque la verdad me gustaría ir con mis compañeras, pero Megumin y Darkness salieron de viaje y Aqua no sé dónde se encuentra y tampoco pienso buscarla.
Pare y mire el cielo. Respiré profundamente y estiré mis brazos, pero algo llamó mi atención en el borde de mi visión.
Eran dos figuras, una de ellas era de color plomo y el otro era azul.
Desvié mi visión en aquella dirección, solo para ver que Aqua estaba poniendo un letrero a una estatua de Eris.
No sé qué trame, pero me acercare y observaré que sus acciones no nos metan en más problemas, ya que ya estoy harto de que me arrastren a ellos.
Al acercarme leí el letreo que indicaba que Eris se ponía relleno.

-Listo. Ahora todos sabrán lo falsa que es su diosa.

-¿Qué estás haciendo?

-Solo estoy abriendo los ojos a los creyentes como...

Al girar ella se me quedo viendo, luego se bajó y se limpió el polvo.

- ¡Au! ¿Quieres pelea, Bazuma?

El solo hecho de actuar como si todo fuera normal me fueron suficientes para golpearla, pero por ese último comentario me dieron ganas de golpearla nuevamente.

- ¿Acaso sabes lo que estás haciendo, diosa de la envidia?

- Pues claro. Le estoy abriendo los ojos a todos para que luego se unan a mis creyentes. ¡Y soy la diosa del agua!

Veo que esta no entiende qué demonios está haciendo.

- ¿Así? ¿Crees que haciendo esto se unirán a ti?

- Sin duda. ¿Quién seguiría a una diosa que miente?

- ¿Eso crees?

- Si

Ella golpeo su pecho con orgullo y me miro.
La ignorare por el momento.

-Tienes un bicho en tú cabello.

Aqua no me hizo caso y continuo con lo suyo.
Aquel insecto o mejor dicho arácnido se deslizó de su telaraña para justo detenerse a la altura de sus ojos. Se quedaron viendo un breve instante hasta que Aqua gritó y empezó a correr de un lado a otro agitando sus manos.

- ¡Quitamelo! ¡Quítamelo!

No hubo necesidad de quitárselo, porque con todo el movimiento que hizo la araña salió volando en dirección hacía la estatua. Aunque me costo calmarla.

- ¿Dónde te metiste?

- Estuve poniendo letreros en todas las estatuas.

Estoy seguro que fue a hacer más cosas que eso.

- Sí que eres un desastre.

Saque poco a poco la telaraña de su cabello. Aunque estoy seguro que luego ira por ahí y volverá a ensuciarse.
Mas rato quitare todos los letreros que puso esta inútil.

- Vamos un rato al parque que me estoy cansando parada. Hikineet, al menos deberías saber cómo tratar a una dama.

- ¡Escucha Aqua! No te consideres una dama con todo lo que haces. Además, estaba pensando quitar todos tus letreros para que no te metas en problemas, pero ahora te acusare y te entregare. Luego buscare a otra sacerdotisa para que se nos una.

Aqua comenzó a lloriquear. Vaya que esta auto proclamada diosa es muy sensible.

- Solo estaba bromeando.

¡Bendito sea el amor puro de esta diosa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora