3. Sensación de los días de verano

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The rays of sunlight come and beckon me.
To a sleepy dreamy haze
A sense of summer days.

Hyde ~ Evergreen


El trayecto de regreso a casa no le alcanzó para poner en orden todas sus ideas.

Xichen esperaba la reacción de su hermano al verlo aparecer en su puerta, pero no su actitud para con él. Un temor irracional se apoderó de él al darse cuenta de... ¿Qué tanto sabía Wan Ji? Tal vez estaba al tanto de todo lo ocurrido. Podía intuir que sabía lo suficiente como para odiarlo. Quiso desechar esa idea, sin embargo, esta se adhirió con fuerza en lo profundo de su mente.

Fue cuidoso de que nadie supiera sus movimientos. La única persona que sabía jamás lo diría. Nunca. Su secreto estaba a salvo. Claro que nunca contó con que Wei Wuxian sobreviviera a la caída. Se suponía que debía estar muerto. Tal vez fue muy descuidado y no se preocupó en buscar su cadáver. ¿En qué estaba pensando? Se reprochó. No era un criminal, de ninguna manera.

Lo único que quería era proteger a las personas que amaba. Wei Wuxian era una amenaza, siempre lo fue. Además, nunca fue su intención de que las cosas se precipitaran. A pesar de que se sabía inocente, no conseguía dormir tranquilo. Desde aquel acontecimiento, no pasó una noche en la que no sintiera un peso en su conciencia.

Al llegar al último piso del imponente edificio propiedad de familia Lan, no conseguía tranquilizarse. Wan Ji ocupaba el piso de abajo y ahora que no se encontraba, sentía que necesitaba ir en su búsqueda. Recorrer la mitad de la ciudad en busca de su hermano y arrastrarlo de vuelta a su vida le devolvería la calma.

Wan Ji no podía permitirse abandonar sus responsabilidades y dejar a la familia de lado. Xichen no sabía hasta cuándo podría seguir dando excusas a los ancianos y pidiéndole plazos a su tío Quiren. Por momentos no quería creer la situación en la que se encontraban. Wan Ji desapareció de un momento a otro, sin decirle nada a nadie y dejar rastro. Su ausencia se dejó sentir de inmediato. La familia exigió respuestas y al buscar pistas acerca de su repentina ausencia supo que su hermano no quería que lo encontraran.

Xichen revisó minuciosamente la pieza donde su hermano vivió desde que volvieron juntos a la ciudad. Notó enseguida que Wan Ji no se llevó una sola de sus prendas. Todo estaba en su sitio y en perfecto orden. Nadie se hubiera dado cuenta de que Wan Ji se llevó sólo dos cosas: una foto de la escuela y su guquin. Pronto cayó en cuenta que algo sucedía y tuvo un mal presentimiento.

Cuando descubrió la razón de su desaparición, pensó que se volvería loco. Nunca esperó que Wan Ji se comportara como lo hizo. Tampoco que encontrara a Wei Wuxian.

¿Por qué tuvo que regresar a su vida? Se preguntó Xichen mientras cruzaba el umbral del pequeño palacio que era su departamento. Las luces siempre esperaban encendidas. La temperatura siempre era la misma. Lo único ajeno al escenario eran las notas de perfume de flor de loto que se cernía en el ambiente.

—No esperaba encontrarte aquí.

Xichen no mentía e irremediablemente sonrió con cierto alivio. Necesitaba su presencia desde el momento en el que Jiang Cheng amenazó con no regresar si es que no hacía lo que le exigía.

Tuvo miedo de que cumpliera con su palabra. Jiang Cheng era muy capaz de cortar todo tipo de relación con él. Sí, claro que lo haría. Tiraría a la basura los años que pasaron juntos solo porque no podía dejar de odiar a su propio hermano. Xichen albergó una pequeña esperanza de que los lazos que los unían fueran más fuertes que la ira de Jiang Cheng

No pudo evitar sonreír un poco más al ver como su amante volteaba a verlo. No encontró ni rastro del Jiang Cheng que conocía. El odio les daba un brillo aterrador a los ojos que Xichen tanto adoraba tener sobre sí mismo. Tal y como esperaba, solo tenía una cosa en mente.

Girar el reloj del ayerWhere stories live. Discover now