Inicio: 01 - 10 - 21
Terminado: 31 - 10 - 21
1 mes, 31 días y 31 temáticas.
Advertencias:
» +18
» Muertes
» Juegos diabólicos (que NO deben seguir)
» Los personajes NO me pertenecen pero las historias sí
» Se irá agregando más dentro de las historia...
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La cafetería parecía haberse llenado mucho más rápido esa tarde, Yuuji iba de un lado hacia el otro atendiendo mesas con una sonrisa que mostraba lo contento de estar allí, sus compañeros no parecían sentir la misma felicidad ya que sus sonrisas eran más una mueca que espantaban fácilmente a los clientes; eso le hacía gracia cada vez que pasaba por un lado de ellos mientras llevaba las bandejas en brazos con perfecto equilibrio antes de dejar los pedidos sobre la mesa y desearle "buen provecho a los clientes" antes de marcharse a la siguiente mesa.
Una vez que la cafetería aminoraba la hora pico, todos los meseros podían sentarse en absoluto descanso, comiendo algún dulce que tomaran de la vitrina con permiso del dueño quien no le molestaba que comiesen un dulce por día. Desde hacía dos meses, todos los días, aparecía un hombre con cicatrices por los brazos y cara que al igual que Yuuji, parecía portar una sonrisa sobre sus labios y solía llegar una hora después de que la marea bajaba en la cafetería, los meseros la primera vez se turnaban para atenderlo pero el hombre se negaba a que alguno de ellos lo hiciera, tenía que ser Yuuji pero éste último siempre parecía ocupado con un segundo cliente que siempre iba también a la misma hora, un cliente muy cercano al peli-rosa ya que era su novio; a los otros les daba pena interrumpir el momento de la pareja solo por un cliente caprichoso, pero a dicho cliente no le molestaba y seguía exigiendo que fuese el chico de brillante sonrisa quien le atendiera o se quedaría con el dueño por el pésimo servicio, aquella amenaza servía para moverlos e ir a buscar a Yuuji quien veía hacia la mesa del cliente con una mueca.
Todos lo veían levantarse y caminar hacia la mesa, su sonrisa siendo una mueca y no aquella que iluminaría el lugar en caso de que se fuera a ir la luz, era una broma que se tenían entre ellos pero era válida solo entre ellos y la pareja de Yuuji pero de resto nadie más, al menos hasta que aquel hombre se le ocurrió bromear justo con eso y el peli-rosa cambió totalmente su expresión por una seria.
—Le pediré que si no está dentro de mi círculo de amistad o familiar, no bromee con eso, porque es incómodo viviendo de un extraño que aún a sabiendas que estoy ocupado, me llama y nunca pide nada, me estoy cansando de atenderlo.
Fue lo único que dijo Yuuji antes de que todos vieran de reojo al jefe en la esquina y luego vieran hacia el cliente quien se levantó de la silla tomando al peli-rosa por el cuello de la camisa de uniforme, apretando con furia.
—¡Si yo pido que seas tú, vas a seguir viniendo. Pida o no pida! ¿Me entendiste?
Fue la exclamación del hombre quien no se esperó que el mesero le tomara la muñeca para hacerle una llave y lo dejara de cara contra el suelo, ambos vieron unos zapatos pulcros detenerse frente a ellos y Yuuji contuvo el miedo de un despido, uno que no sucedió.
