Capítulo I.

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Recién dentro de la sesión terapéutica se comienza a dar cuenta de la gravedad de sus problemas mentales. Es capaz de leer con el rabillo del ojo la hoja de su diagnóstico en la mesa de la doctora, con sus dedos posados en el papel con sutileza.

Ambrose William.


Ataques de ansiedad intensos, esquizofrenia paranoide muy desarrollada. Es importante tratar ambas enfermedades debido a que en este caso, el paciente puede sufrir ataques psicóticos.

⎯⎯Porfavor, quiero terminar la sesión.

⎯⎯¿Pasa algo Ambrose?

⎯⎯Quiero terminar la sesión.

Como consecuencia de esto, el inicio de el bucle ansioso, las paredes se le oscurecen y ya el habla de ella no es importante,lo único que tiene en cuenta es que, en su raciocinio paranoico es tomado como un loco, comienza una cuenta atrás en su subconsciente que le impulsa a solicitar volver a casa aún solo habiendo pasado trentaiseis exactos minutos. Su mirada se clava en puntos exactos, sus latidos se aceleran. Incluso cuando la psiquiatra le concede la salida sigue temblando, ella le da un papel para una nueva cita el mes que viene, lo coge con prisa y a medida que recoge, suspiros cortos y acelerados salen por su boca.

Ella trata de explicar sobre su siguiente reunión pero siquiera puede acabar con sus palabras, Ambrose ya esta saliendo por la puerta y ni la ha dejado terminar, ignorando y adelantando a cada persona que se encuentra por los pasillos.

* * *

⎯⎯¡Por aquí Brose! ⎯⎯Se escucha una risa conocida al oído de Ambrose.

Al reconocer la voz, la costumbre lo lleva que su mirada busque inconscientemente por él a su grupo de amigos, y que sus piernas lo lleven solo a ellos, se sienta en los bancos fijados al suelo, y con la desgana del pobre alimento en su bandeja la deja en la mesa, tal como si la abandonara con asco.

⎯⎯Buenos dias. ⎯⎯ Esa voz seria no parece pertenecerle, todos toman silencio. El silencio de sus amigos lo deja demacrado, mas tiempo para pensar.

Todos perplejos se miran entre ellos, cabe la posibilidad que tenga un mal dia, pero vaya exclusividad, el grupo en conjunto queda con la incertidumbre de como dar el primer paso.

Ambrose da pruebas del diagnostico, se percata de algo extraño, lo nunca visto por los cuerdos, en la bandeja metálica con los alimentos más tediosos que se podrían encontrar a la carta, un color levemente más tenue en el centro del plato de la crema de verduras que le induce a coger su tenedor e indagar entre el líquido pastoso el motivo del color. Al tocar fondo un pegajoso líquido acompañado de un ojo, el tenedor lo pinchó, se ve a la perfección el iris azul, mezclándose a la vez de color con la pupila. Su estómago comienza a revólver la poca comida que había ingerido mientras se torna pálido.

⎯⎯¿Pasa algo, Brose? ⎯⎯ Levanta la voz por lejanía y por otros molestos y altos sonidos de los demás estudiantes, las cuales difuminan sus palabras.

⎯⎯¿Eh? No, tranquila Triana.

En el momento en que pestañea todo vuelve a la realidad, el ojo se ha desvanecido, ni rastro, cualquier otra persona lo olvidaría al ser algo puntual, pero es Ambrose, no puede hacer lo que debería en la situación.

* * *

Madre debe estar cocinando en casa.
Tintineantes las llaves desde el bolsillo en el camino a casa. Apenas hablan y ella solo hace que hablarle con dureza, cosa que no sorprende a Ambrose, no se puede esperar gran cosa de esta mujer.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2022 ⏰

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